En el próximo mes de abril participaré en una Jornada de Divulgación Científica que se celebra en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Extremadura. En concreto, mi intervención se encuadra dentro de los actos que forman parte de la segunda edición del Workshop “Estudiar Ciencias. Creando vocaciones científicas”, jornada que coorganizan la propia Facultad y el Centro de Profesores y Recursos de Badajoz.
A tenor del marco, nada pudiera hacer indicar que la temática abordada se escapara mucho de mi ámbito profesional. No obstante, en ese acto, no hablaremos de Ciencia en sentido estricto sino de Filosofía.
De entrada, el ámbito del análisis que pretendo realizar en ese evento de carácter científico, puede sorprender a propios y extraños ya que en principio, la Filosofía y la Ciencia supuestamente no gozan de puntos de encuentro. Precisamente, uno de los objetivos que me planteo con esta conferencia, no es otra que la de demostrar la falsedad de esa idea preconcebida, argumentando que se pueden abrazar las bases del conocimiento científico, y a la vez utilizar la propia filosofía como herramienta para generar un saber especialmente útil para entendernos a nosotros mismos y a nuestras conductas.
Emplearemos, como escenario marco desde donde argumentar la posible afinidad entre los polos opuestos, la obra de uno de los más grandes pensadores de la historia de la humanidad, Arthur Schopenhauer, el más reconocido filósofo de la escuela del pesimismo filosófico alemán. Es mi primera incursión en estos derroteros y por lo tanto mi motivación, ganas, excitación y respeto discurren en mi interior a partes iguales.
Realmente estoy convencido de que aunar ambos mundos puede ser muy enriquecedor tanto para el ponente como para los que escuchen y lean, ya que los paralelismos existen y son palpables desde varios puntos de vista, y creo interesante trabajar para mostrarlos en toda su esencia.
De entrada, estamos hablamos de dos maneras de producir ideas, son por lo tanto actividades cognitivas que funcionan lógicamente a partir de un razonamiento coherente a ojos de quien produce ese conocimiento.
Por otro lado, los dos ámbitos intentan explicar los fenómenos del mundo desde el análisis de las supuestas realidades que nos rodean, articulando un saber que será más o menos pragmático según la metodología que se utilice para su producción, pero que en ambos casos, se genera a partir de modelos sistemáticos de pensamiento.
Además de ello, existen evidencias claras en las obras de autores científicos o filósofos que invitan a hacernos reflexionar sobre la proximidad entre estas dos supuestas orillas alejadas del conocimiento, ya que los principios teóricos que se manejan a un lado y otro del océano de la sabiduría, en ocasiones confluyen en un todo.
Para mí, la prueba irrefutable de esto que argumento lo encuentro en la propia obra del citado autor alemán, y de ahí que lo haya elegido como maestro de ceremonias.
Su teoría filosófica que se recoge en la obra “El mundo como voluntad y representación” puede ser explicada desde algunos de los principios más universales de la biología, las neurociencias o la propia física.
Es tremendamente fascinante comprobar de primera mano el fuerte vínculo que existen entre estas dos disciplinas, aunque si analizamos dichos hallazgos de forma pausada, no debería sorprendernos tanto. Al fin y al cabo, el científico observa y reflexiona, tal y como lo hace el filósofo, lo único que cambia es el escenario donde trasciende el análisis de las disyuntivas a resolver.
La experiencia va a resultar un reto gratamente satisfactorio en todos los planos de mi vida. Este compromiso adquirido con la Universidad, me va a servir para sumergirme de lleno en la obra de este magnífico humanista cuya saber me está ayudando en mi devenir por el mundo, ya que su filosofía para mi tiene un efecto terapéutico; la entiendo como un refugio de comprensión que me hace mantenerme en pie día tras día, y cuanto más la abrazo, más reconfortado me siento.
Veremos que podemos aportar hacia dentro y hacia afuera en este viaje tan apasionante que voy a comenzar en los próximos meses.
