El futuro de Pedro Sánchez

Hasta que termine la contienda electoral no sabremos cómo quedará configurado el panorama político apasionante que se abre en España, a pesar de las precipitaciones que observamos en las declaraciones de unos y otros. No les vendría mal un poco de calma a las distintas formaciones políticas, para no tener que rectificar al cabo de unos días sobre las decisiones o los globos sondas que nos están lanzando.

Es la hora política de Pedro Sánchez. Seguramente ni él mismo se podía imaginar un escenario de circunstancias políticas tan importantes como las que tiene delante a partir del próximo mes de Junio. Por eso haría bien en contener a algunos de sus compañeros de viaje, y en meditar él mismo un poco más sus decisiones, para no encontrarse con más problemas de los que ya tiene encima ante una situación tan compleja como apasionante y difícil de afrontar con éxito.

Europa le espera con los brazos abiertos, en un momento en que Merkel abandonará la política y Macron se enfrenta con grandes problemas en Francia. Se ha convertido en la gran esperanza para la socialdemocracia europea, en momentos especialmente difíciles para la Unión Europea. Tiene que demostrar su talla de estadista para encarar los grandes desafíos que esta tiene delante, procurando resolver los problemas políticos de España lo antes posible, sin que se le enquisten. Con inteligencia, pragmatismo y generosidad repartida, sin que el sectarismo partidista o el triunfalismo de algunos “aparateros” le lleven a situaciones complicadas por creerse que todo el protagonismo les pertenece.

Algunos, que ya vimos y padecimos los grandes errores del PSOE en el pasado esperamos que Pedro Sánchez, que ya probó en sus carnes hasta dónde puede llegar el sectarismo y el sentido patrimonialista de los que controlan los aparatos, y que ha sabido plantarles cara, haya aprendido la lección y no permita que esos personajes que siguen agazapados en la sombra (los de antes y los de ahora) actúen como si el poder fuera de ellos, y le impidan moderar y afrontar la situación con la altura de miras que le corresponde.

Tiene algunos miembros en su equipo de gran talla y experiencia política. También tiene a otros que apuntan más al pasado. Y en los nuevos fichajes hay de todo. Gentes con prestigio e integridad, otros faltos de experiencia política y alguna que otra mediocridad. De como combine y agite esa coctelera dependerá su éxito en España, y también en la política exterior que tiene puestas sus esperanzas en él.