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Lápiz, tiza, pizarra, la nueva muestra del programa de la Diputación Hablan nuestros documentos

19 de Septiembre | 13:21
Redacción
Lápiz, tiza, pizarra, la nueva muestra del programa de la Diputación Hablan nuestros documentos
Coincidiendo con el inicio del curso escolar, el Archivo y la Biblioteca provinciales exponen, en Pintores 10, documentos sobre dos modos de entender la pedagogía en el siglo XX

Este viernes 20 de septiembre, el Área de Archivo y Biblioteca de la Diputación de Cáceres inaugura la V edición del programa “Hablan nuestros documentos”, a través del cual, se expone material documental y bibliográfico sobre temas concretos que muestran la vida y la realidad en otra época. En este caso, coincidiendo con el inicio del curso escolar, la nueva edición, titulada “Lápiz, tiza, pizarra”, expone nueve documentos que muestran dos modos diferentes de entender la pedagogía en el siglo XX: una más innovadora y aperturista, durante la II República, y otra educación nacionalcatólica, en la etapa franquista.

Será, como viene siendo habitual, en el vestíbulo del edificio de la Diputación de Cáceres en la calle Pintores 10, de la capital cacereña, donde se puedan ver dos vitrinas, una bajo el título “Pupitre de alumnos”, y otra, “Mesas de maestros”.           

Pupitre de alumnos

En esta primera vitrina se muestran dos modos de entender la pedagogía: el experimento freinetiano que llevaron a cabo dos maestros de Las Hurdes entre 1932 y 1933, y un álbum de trabajos escolares de 1947.

Entre 1932 y 1933, los maestros José Vargas Gómez, de la escuela de la Factoría de los Ángeles, y Maximino Cano Gascón, de la de Las Huertas, ambas en el término de Caminomorisco, en Las Hurdes, ensayaron con sus alumnos el método pedagógico de Célestin Freinet, que pretendía, en palabras de Jesús Palacios, "una escuela viva, continuación de la vida familiar, de la vida del pueblo y del niño. La única forma de despojar a la educación de la mística aristocrática en que se encuentra envuelta y de convertirla en una preparación y una puesta a punto para la vida, es ligarla, cada vez más vigorosamente, con la vida, con el pueblo, con sus problemas y realidades".

Una de las labores que Freinet aconsejaba, y que se siguió en estas escuelas de Las Hurdes, era la creación de un periódico escolar, redactado, ilustrado e impreso por los niños, que mantenían correspondencia con otras escuelas freinetianas. La Diputación de Cáceres conserva un ejemplar de "Enfantines", publicado por el mismo Freinet, con las colaboraciones enviadas por los niños de Caminomorisco, y que ya habían aparecido en los periódicos "Ideas y Hechos" y "Niños, pájaros y flores". Libres de la influencia de los adultos, los niños escribían y pintaban en estos periódicos sus vivencias y sus opiniones.

Terminada la guerra, con la victoria de las Francisco Franco, se instaló en las escuelas la educación nacionalcatólica, hasta la muerte del dictador en 1975. Los experimentos pedagógicos desaparecen y todo aprendizaje queda supeditado a la memoria y a los dogmas del catolicismo, prohibiéndose cualquier intento de visión personal o de crítica.

En 1947, la Inspectora Jefe de Enseñanza Primaria de Cáceres, Fidela Fernández Escamilla, reunió en un álbum una "Colección de trabajos escolares de la provincia de Cáceres que en nombre del Consejo de Inspectores envía la Inspectora Jefe Dª Fidela Fernández Escamilla" para regalárselo como homenaje a Franco. Las láminas, de pulcra caligrafía y con ilustraciones coloreadas (algunas de ellas de indudable encanto infantil), reflejan cabalmente la educación de la época. Hay también, al final, algunas labores de encaje realizadas por niñas. Este álbum fue donado al Archivo de la Diputación de Cáceres por D. Enrique Llamas Agúndez. 

Mesas de maestros

En esta vitrina se pueden ver documentos relativos a dos maestros de muy distinta suerte: la vida casi anónima de Dolores Rodríguez Rodríguez, maestra de las Escuelas Normales de Cáceres desde 1905, y la vida notoria de Adolfo Maíllo García, cuya influencia pesó sobre la educación de los españoles a lo largo de tres décadas.

Adolfo Maíllo García nació en Malpartida de Plasencia en 1901 y murió en Madrid en 1995. Comenzó a escribir estudios sobre pedagogía al poco de licenciarse como maestro, y en 1932 fue nombrado Inspector de Enseñanza Primaria en Cáceres y más tarde en Salamanca.

A partir del final de la Guerra Civil, se convirtió en el escritor por excelencia de los libros escolares del franquismo; quienes hayan ido a la escuela entre los años 40 y 60 del siglo pasado, sin duda habrán tenido en las manos sus libros de lecturas o de cálculo. Llegó a ocupar los cargos más altos de la Administración, siempre relacionados con la educación: Secretario de la Junta Central contra el Analfabetismo, Asesor Técnico del Ministerio de Información y Turismo, Inspector General de Enseñanza Primaria y Miembro de la Delegación Española en la Asamblea Internacional de Instrucción Pública, en Ginebra. En 1977, legó su archivo personal al Archivo de la Diputación Provincial de Cáceres.

María de los Dolores Rodríguez Rodríguez, que nació el 21 de abril de 1885, obtuvo en 1905 el título de maestra y comenzó a trabajar en las Escuelas Normales de Cáceres.

Entre los documentos que se conservan en el Archivo de la Diputación Cáceres se puede ver un cuaderno, para su uso personal, con copia de cartas y documentos oficiales relativos a su carrera; una serie de dibujos a lápiz (artísticos y lineales) con el visto bueno de Julián Perate y Juan Sanguino, fechados en 1902; un álbum de caligrafía realizado por ella misma, seguramente para que sirviera de modelo a las niñas; otros documentos de diversa índole, entre los que se encuentran bonos para el balneario de Baños de Montemayor y recetas con medicación contra el reuma, que debió de padecer a partir de 1920.

Uno de los documentos más curiosos es un pequeño cuaderno en el que María Dolores anotaba sus "faltas", contando las veces que incurría en ellas y haciendo firmes propósitos de no volver a pecar. No está fechado, pero es probable que sea anterior a su labor como maestra, cuando aún estaba estudiando. Entre la larga lista que detalla se puede leer: faltas de modestia, faltas de respeto, faltas de soberbia, faltas de no estudiar, faltas de no coser, faltas de reñir con mis hermanas, faltas del piano por no estudiar, faltas de reñir con las niñas, faltas de envidia de las niñas, faltas de venir contando a mi casa cuentos, faltas de criticar, faltas de burla, faltas de desobedecer a mi mamá...


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