Ecologistas en Acción Extremadura ha criticado que la Junta de Extremadura utilice 57.000 litros de cipermetrina para el tratamiento de los campos de cultivo de arroz, por tratarse de un insecticida que presenta una "grave toxicidad contra los peces y otros organismos acuáticos y por sus efectos nocivos contra las abejas".
La fumigación aérea de los arrozales con Cipermetrina "supone una grave agresión contra las abejas y, por tanto, contra el sector apícola", ya que afecta a "gran variedad de funciones celulares" de estos insectos, "provocando alteraciones graves en su movilidad, que con frecuencia derivan en la muerte".
La fumigación con medios aéreos "supone una aplicación menos selectiva que si se realizara con técnicas terrestres", así como "un mayor riesgo de dispersión en el medio ambiente y de afección a la población", según ha afirmado el colectivo.
En este sentido, Ecologistas en Acción de Extremadura ha opinado que "su aplicación no debería hacerse con medios aéreos", y ha animado a la Junta a tomar medidas "más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente".
Cabe destacar que Extremadura es la segunda comunidad autónoma con mayor superficie de arrozales, y que en la mayoría se concentra en las Vegas Altas del Guadiana, una región "en la que el 17% del territorio tiene alguna figura de protección ambiental debido al alto valor ecológico de sus zonas húmedas".
De este modo, el colectivo ha destacado que la Junta ha destinado 430.000 euros en esta campaña de fumigaciones, contabilizando el gasto del pesticida, las avionetas y el personal técnico, por lo que ha alentado al gobierno regional a invertir en el sector arrocero "en clave de sostenibilidad".
Así, Ecologistas en Acción Extremadura ha apostado por el "fomento claro" de la "transformación hacia la producción ecológica", ya que no pondría en riesgo los valores" de la zona y ni "amenazaría la actividad apícola extremeña".
En concreto, el colectivo ecologista ha señalado que "según estudios realizados por el Royal Holloway University of London, la exposición a piretroides reduce el tamaño de las abejas de las colonias".
Igualmente, han resaltado que además de sus efectos en el medio ambiente, "la Cipermetrina está catalogada como una sustancia disruptora hormonal", y su toxicidad en humanos provoca "mareos, dolores de cabeza, náuseas, fatiga, irritación de la piel y en los ojos".