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1 de Octubre. 05:58 horas |
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Artículos escritos por:
-¿Te has subido la bragueta?
-¡Coño!
-¿Ves cómo no estás a lo que hay que estar? Se lo advertí al jefe, que el tonto este, o sea tú, no está a lo que hay que estar.
-¿¡Te quieres callar, coño!? Precisamente por estar a lo que hay que estar, que para eso me pagan, no estoy a cosas como subirme la bragueta.
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Después de un largo periodo de descanso, reflexión, lecturas, relecturas, investigaciones, y demás, es hora de retomar la actividad columnista de este diario, El Correo Extremadura. Quiero renovar temporada no con un artículo más, sino con un artículo menos.
Me quedé con su mirada y con sus ademanes. Por eso puedo reconocerle en cualquier parte. Seres sin destino que se juntan con otros del mismo jaez, y que al verles juntos, no eres capaz de identificar al que viste aislado, frente a frente, con su vago parpadeo y su mente dispersa.
Fue condenado a muerte por el sacrilegio cometido en su pueblucho natal. La peor de las afrentas, y de inmediato compartió cárcel con un delincuente que agonizaba por una tuberculosis sin tratar.
El más abominable de los hombres. Un desafío a su propio destino, aunque a estas alturas le asalte la duda de qué clase de desafío pueda consistir: ¿a su propio destino, o al de su entorno, al de aquellos que se atrevieron osadamente a asignarle las pautas, el origen, el alfa, y que poco a poco le han ido desplegando la alfombra conducente al omega?
Supongo, e insisto, supongo (en ningún momento propongo, impongo, en duda pongo, en aclaración pongo, y tampoco dispongo; simplemente, reflexiono y en ese contexto, supongo), que el error está en considerar, desde el punto de vista del espectador, el reconocimiento a partir del cuadro o de la fotografía.
Cada uno tiene su forma de hacerlo, pero de qué manera tan monótona y recalcitrante se dedica a elevar la voz esta sociedad que aún busca el respeto mutuo, la libertad y el progreso; por mucho que quieran vendernos lo contrario.
Es actualmente, y en un futuro se acrecentará, la revolución de las revoluciones. Una tecnología con unos fines más saludables y con mejores intenciones que este absurdo boom de tecnologías, maquinitas, robots, que se están llevando a porciones la materia gris de la especie humana.
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EL ABRAZO PENDIENTE A MANUEL RUBIALES
Pensé en hacerlo días después de lo sucedido, cuando las lágrimas eran incontenibles, aunque mantuviera la mente dispersa; y me percaté de lo que significa ese desgarro cuando se te va un íntimo amigo, un ser al que bien podías considerar como un padre, hermano, primo, o simplemente otro loco como tú.
No me gusta meterme en estos berenjenales. Añádasele al hecho del aburrimiento que me provoca, el mero desdén que por ello siento.
De toda la vida es sabido que las señoritas decentes no se sientan en las sillas de enea. Y esta máxima era respetada con rigor y disciplina por la que tenía mayor edad en aquel solariego caserón de Madrid, donde bullía el viento por la destartalada buhardilla y donde los retratos de nobles ascendientes pendían por minúsculos cáncamos, y oscilaban a ritmos vertiginosos en la pared.
Ya va siendo hora de abrir la boca y soltar lo guardado durante años, como también otros lo hacen y piensan. Es de sentido común, a mi modo de ver, lo que a continuación expondré con el fin de llegar al buen entendimiento del honesto, inteligente y culterano lector, amén.
Mi espalda resentida por unos insoportables dolores había conseguido hacer migas con el viejo colchón, y Morfeo me había tendido la mano durante cuatro horas seguidas en las que mi respiración era signo de la relajación más absoluta y de la indiferencia por el mundo; cuando, súbitamente, sin una premonición, carente de una preparación previa, sonó insistentemente el telefonillo de mi edificio.
Supongo que quien lea esta tribuna pueda surgirle algún sentimiento de desazón, alguna furibunda acción como cerrar el artículo y leer otra cosa.
Estimado, íntimo amigo, confidente, exploto lo que mi amigo Prudencio me narró mientras sorbía el café con ginebra, con el fin de disminuir esta agitación incurable:
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Miguel Murillo Fernández
Escritor

Murillo y Fernández, y de nombre Miguel. Vengo a nacer en Badajoz, en el año 1997 y en Agosto. El calor de este mes me hizo enloquecer hasta el punto de apasionarme el teatro, no solo su lectura, sino su escritura. Y tanto es así, que cómo no, ocupa mi mesilla de noche “Luces de bohemia, “Yerma”, “Melocotón en almíbar” y “Perfume de mimosas”. Y bebiendo de estas piezas esenciales y de las que me marcaron, me atrevo con otras de mi propia elaboración, como “Una sola Antígona”, “El pozo”, “El aula de los caídos” (por citar algunas) y otras que han pisado la escena, como “Purísimo Teatro”, a cargo de “Susurro Teatro” bajo la dirección de Manuel Rubiales; y “Quijote en una Europa de duelos y quebrantos”, dirigido por Pablo Pérez y que vio la luz en la Iglesia de San Benito durante la 32º Edición del Festival de Teatro Clásico de Alcántara como Actividad Complementaria.
Me dejo seducir definitivamente por el veneno de este mundillo con el VII Premio de Textos Teatrales de Autor Extremeño que concede FATEX, por mi obra “Esa Noche”, ex aequo con Chiqui Paniagua, en 2015.
En mi lozanía busco qué me une al Teatro y por qué me atrevo a escribir obras. Pero quizá me ayuden otras aficiones como el ejercicio (solo caminar), el estudio durante nueve meses en Biología de la Uex, y además la risa y el meditar. Se posicionan en mi corazón los dulces de “La Cubana”, el aroma de San Francisco y la tortilla de mi madre… Soy muy de Badajoz.
TÍTULOS Y TRABAJOS
2014: “El Reino de Caín”, “Como en Stanford”, “Una sola Antígona”, “En busca del novio”. 2015: “La clave de sol”, “Tragedia con alcuza”. VII Premio Textos Teatrales Autor Extremeño FATEX (Raúl Moreno) 2015 con la obra “Esa noche”. 2016: “El pozo”, “El aula de los caídos”, “Purísimo Teatro”. Estreno de la comedia “Purísimo Teatro”, a cargo de la compañía “Susurro Teatro” y bajo la dirección de Manuel Rubiales. “Quijote en una Europa de duelos y quebrantos”, texto para las Actividades Complementarias del 32º Festival de Teatro Clásico de Alcántara, dirigido por Pablo Pérez.
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