Ahmad Al Khatib Aiesh, el empresario árabe de origen jordano que ha comprado el matadero de Olivenza ya trabaja en la realización de nuevas inversiones en Extremadura. Concretamente en el sector agroalimentario. Las instalaciones del matadero oliventino acaban de ser inauguradas en un acto al que asistió el empresario, sus familiares, el presidente del Gobierno extremeño y una representación diplomática del mundo árabe, y de otros estados, tan numerosa que muy pocas veces, por no decir nunca, se había visto antes en Extremadura.
Además del presidente extremeño, del alcalde de Olivenza y del delegado del Gobierno en la región, asistieron a la inauguración la vicepresidenta del Parlamento de Extremadura, el consejero de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía, el consejero de Salud y Política Sociosanitaria, el coordinador general de la Presidencia de la Junta, otros diputados del PP, el secretario regional del PSOE, el alcalde de Elvas, el secretario de la central sindical Comisiones Obreras, el general de la Guardia Civil y otros mandos, diversos altos cargos de la Administración regional, ganaderos y otras personas representativas de la sociedad extremeña. Entre los asistentes estaban los diestros Julián López el Juli y Miguel Ángel Perera, que además de primerísimas figuras del toreo son ganaderos.
Pero lo más espectacular fue la presencia de representantes del cuerpo diplomático. Desde la tribuna se saludó la presencia de los embajadores, acompañados por sus señoras, de países árabes como Libia, Jordania, Líbano, Kuwait y Egipto, así como representantes de las embajadas de Alemania y de Angola.
Ahmad Al Khatib Aiesh, dueño del matadero como administrador único de la empresa propietaria del mismo, Golden Worldwide Trade, reiteró en su intervención su propósito de convertir a Extremadura en “la despensa del mundo árabe”. Y no sólo quiere exportar carne, fudamentalmente de cabritos y corderos, a los países del Golfo Pérsico, como Emirátos Árabes y Catar, también le interesan los frutos y otros productos elabrados en Extremadura.
Parece que va en serio. Y sin pausas.
Lo indica la rápida puesta en funcionamiento de un matadero que hasta que él lo compró, por 6,7 millones de euros, nunca había funcionado. Las instalaciones fueron construidas hace un lustro por la cooperativa Cárnicas Oliventina, pasó luego a propiedad de Nueva Rumasa, lo compró Cárnicas del Norte y, finalmente Golden Worldwide Trade. Nunca había funcionado y estuvo en peligro de desaparecer. Antes de la inauguración, se han realizado en sus instalaciones los primeros sacrificios de animales. El matadero cuenta con los matarifes necesarios para realizar los sacrificios por el rito musulmán, con el fin de que la carne sea 'halal', es decir permitida, autorizada o saludable, que todo ello significa esta palabra. El matadero oliventino tiene lineas para el sacrificio de corderos y cabritos, de vacuno y de porcino.
MUEVAS INVERSIONES
Ahmad Al Khatib Aiesh ya esté trabajando en la realización de nuevas inversiones en el sector agroalimentario extremeño. El empresario de origen jordano sabe lo que quiere, fortalecer su negocio, y las personas que trabajan para él y que le asesoran buscan la forma. No se ha tomado aún la decisión final sobre los bienes en los que se centrarán esas inversiones, aunque los objetivos no cambiarán. Puede haber noticias importantes y no demasiado tarde. La cautela que es necesario tener en cualquier negocio, sobre todo si es de gran envergadura, obliga a esperar a que cristalicen los proyectos antes de revelar datos que puedan comprometerlos.
Ahmad Al Khatib Aiesh, en su discurso ante los embajadores, las autoridades extremeñas, los ganaderos, los trabajadores del matadero y numerosos periodistas, definió a Extremadura como “una tierra fértil y apta para todo tipo de cultivos”. El empresario agradeció “la confianza que las autoridades extremeñas han depositado” en él y se mostró dispuesto a lograr metas importantes en “esta tierra de conquistadores”.
Y las autoridades regionales, con el presidente Monago a la cabeza, confían en que la puerta que este empresario le abre a Extremadura hacia el mundo árabe sea una especie de rampa de lanzamiento de la economía regional hacia nuevos mercados y traiga trabajo y prosperidad a la comunidad autónoma. Extremadura va a seguir siendo una tierra de conquistadores, “pero de conquistadores del siglo XXI”, dijo Monago, que elogió las virtudes de la región: “buena tierra, buen clima y buena gente”, además de productos de primerísima calidad.
Insistió el presidente extremeño en que los parámetros de la economía regional están mejorando, que “estamos viendo la luz” y que si no se tuercen las previsiones que realizan los servicios de estudios económicos de algunas instituciones, se puede alcanzar una tasa de crecimiento del 2% en relativamente poco tiempo.
Y todo ello sin perder de vista que “Extremadura ha sido campo, es campo y debe seguir siendo campo”. Pero eso sí, “el campo del siglo XXI”, asegura Monago.