El Presidente de esta organización, Manuel Guerrero y diversas autoridades del municipio abrieron el acto y me acompañaron en la presentación de nuestra publicación, a la que concurrieron más extremeños de los que podía imaginar, convirtiendo aquello en una jornada memorable, en la que que pudimos evocar recuerdos que todos ellos tienen a flor de piel, aunque lleven muchos años en Cataluña, conservando sin embargo familiares y viviendas que todavía les unen a su tierra natal.
El análisis resumido de los principales problemas que sigue padeciendo Extremadura les emocionaba y provocaba al final del acto todo tipo de comentarios e intercambio de ideas sobre temas que van desde la reivindicación del tren y las mejoras de las infraestructuras, hasta la dehesa y el monte, las energías renovables, la pérdida de población de nuestros pueblos y ciudades, los nuevos emprendedores y la importancia de las nuevas tecnologías.
En la copa de vino y el aperitivo final dimos rienda suelta a todo tipo de recuerdos, comprobando la nostalgia de la tierra que todos sentían y la preocupación por el futuro de una Extremadura que estaba en el recuerdo de todos.
La compañía en los día siguientes de algunos paisanos, que se ofrecieron a hacer de Guías privilegiados en nuestras visitas, hicieron que este viaje haya sido un placer permanente en nuestra estancia, en la que hemos recordado al Presidente de aquel primer Hogar Extremeño de Barcelona, de la calle del Angel, verdadera embajada de Extremadura en Cataluña, que nunca debimos perder. Su mujer, Conchita García Sancho, historiadora culta y amable, nos acompañó en la visita al conjunto arquitectónico de la Sagrada Familia, lo que puso la nota final a un viaje inolvidable, que repetiremos cuando los CUADERNOS EXTREMEÑOS continúen con su andadura.