El Muro de las Lamentaciones

Despertar, desayunar y ver twitter. Casi sin darnos cuenta, a diario repetimos en multitud de ocasiones la acción de ver “qué se cuece” por esta red social que nunca duerme. Comentarios sobre los programas de televisión, movilizaciones sociales, las primeras noticias de la mañana, o incluso algún que otro lamento.

Y es que twitter se ha convertido, además de una ventana de difusión mundial a la que cualquiera puede concurrir, en el particular muro de las lamentaciones del siglo XXI. Seguro que todos, haciendo un pequeño esfuerzo de memoria, recordaremos algún escándalo que ha terminado con unas disculpas más o menos sinceras a través de la red social del pajarito.

Uno de los últimos casos, el jugador del Fútbol Club Barcelona Gerard Piqué, acudía a twitter para calmar los ánimos entre sus más fieles seguidores y sus más firmes detractores tras el incidente protagonizado con la Guardia Urbana de Barcelona. El mensaje, bastante simple y con cierto tono guasón: “Se ha exagerado mucho lo que dije pero, en cualquier caso, lo siento, me he equivocado y no volverá a ocurrir.” Qué monárquico quedó el futbolista. Tras este gesto se esconden millones de euros que el catalán representa para las diferentes firmas comerciales de las que es imagen.

¿A qué empresa le gustaría que la persona que lleva su imagen aparque de manera poco cívica por las calles de la ciudad condal y envuelto en una disputa con la guardia urbana? La respuesta parece obvia, a ninguna. Con este sencillo mensaje, de 110 caracteres (le han sobrado 30 de los 140 permitidos), ha llegado a sus 961.000 seguidores. Y por si acaso usted no es seguidor del futbolista, no se preocupe, sus amigos y medios de comunicación a los que sí sigue se encargarán de hacerle llegar las disculpas de Piqué. Nada más y nada menos que 3.900 retweets. A estas alturas es más económico escribir un tweet que mandar un comunicado oficial a los medios de comunicación para pedir perdón por algún hecho concreto.
Este ejemplo es aplicable a cantantes, políticos, periodistas, y un largo etcétera de personajes relevantes del país.

Sin embargo, no tenemos que salir de Extremadura para comprobar “el poder” que twitter puede llegar a tener. Atención al siguiente titular: “Una vecina de Plasencia deberá pedir perdón en twitter por haber insultado de manera reiterada al alcalde de la ciudad”. Se trata de una condena “ejemplarizante” que el Juzgado número dos de la capital del jerte impuso a una placentina por el uso inapropiado de la red social. En ocasiones no conocemos realmente el alcance de nuestras publicaciones en internet. Quizás pensamos que tenemos “controlados” a nuestros seguidores o que un simple “tweet” no va a llegar a tener repercusión.

Luego, cuando cometemos el error, llega el proceso de “proteger” nuestra cuenta y hacerla privada al público, y finalmente, cuando “el daño ya está hecho”, la supresión de nuestro perfil parece la salvación de nuestro particular mal, pero siempre habrá alguna captura de pantalla que nos recuerde nuestra “proeza”.