Miguel Bernal, boy-scout
7 de Diciembre | 20:57
Redacción
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Salvo que el diputado socialista Miguel Bernal demuestre que la Agencia Extremeña de la Energía le pidió ayuda para defender los intereses extremeños en Croacia, o que, por el contrario, se demuestre que el diputado socialista Miguel Bernal delinquió, pues se valió del nombre de la Agencia Extremeña de la Energía para defender sus intereses particulares, o los de otra persona o entidad, en Croacia o donde fuere, el ‘caso Bernal en Croacia’ va a quedar en un chiste. Malo, pero chiste Será la nueva versión de un chiste ya viejo. Lo que Bernal y Vara y el PSOE dicen que ha hecho el diputado, poner sus buenas relaciones con el embajador español en Croacia al servicio de Extremadura, y más concretamente a disposición de la Agencia Extremeña de la Energía, se parece mucho a lo que hizo aquel niño que acababa de ingresar en los boy scout. El muchacho llegó a su casa muy orgulloso y, rápidamente, se lo contó a su madre. “Mamá, ya he hecho mi buena acción de hoy”. “Eso está muy bien, Miguel, pues ya sabes que, como boy scout, debes hacer como mínimo una buena acción al día. ¿Y qué buena acción has hecho Miguel?”, le preguntó la madre. “Una muy buena, con la ayuda de mis amigos”, respondió el joven boy scout. “Mi panda y yo hemos ayudado a una anciana a cruzar la calle”. “Me parece muy bien, hijo. Hay que ayudar a las personas mayores. Pero, ¿por qué no lo has hecho tú solo? ¿Por qué han tenido que ayudarte tus amigos?” “Pues muy sencillo, mamá”, replicó el muchacho, "porque la vieja testaruda no quería cruzar la calle y no me dejaba que yo solo la ayudase a cruzarla”. En el ‘caso Bernal’, por lo visto hasta ahora, o la anciana no quería cruzar la calle o la Agencia Extremeña de la Energía no quería ir a Croacia o quería ir sola o no se había planteado ir de la mano de Miguel. Ayudar está muy bien, pero ayudar en contra de la voluntad de quien recibe la ayuda no deja de ser un exceso impropio de personas adultas y de sistemas políticos democráticos en los que las competencias, las funciones, las responsabilidades y los procedimientos están perfectamente regulados. Y entre esos procedimientos está el derecho a realizar trámites ante las embajadas y los embajadores sin necesidad de ayudas bienintencionadas. Guillermo Fernández Vara, líder de los socialistas extremeños, se asombra de que la ayuda de Miguel Bernal cause estupor en la administración regional. No es que la oposición no pueda ayudar al Ejecutivo, de hecho, debería ayudar más, es que las ayudas ‘por sorpresa’ le causan sobresalto a cualquiera. Y ni los gobiernos ni las ancianas son inmunes al sobresalto. La agencia parece no tener constancia de haber solicitado la ayuda de Bernal y el Gobierno tampoco la tiene. ¿Quién le pidió ayuda a Bernal y con qué finalidad? Reconoce Guillermo Fernández Vara que con su ayuda, con su buena acción del día, aunque lo haya hecho con la mejor intención, el diputado Miguel Bernal tal vez se ha equivocado y seguramente también se ha extralimitado. Visto lo visto hasta ahora, con total seguridad, don Guillermo. No lo dude. Y lo malo no sería eso, lo malo sería que le hubiesen pillado con el carrito de los helados. Todo se ha desarrollado de forma muy chusca, suena a chiste, pero el ‘caso Bernal’ tiene la suficiente enjundia y gravedad para que se aclare desde la a hasta la z. El PSOE suele descalificar tildándolas de ‘ocurrencias’ las acciones de gobierno que legítimamente, por ser el Gobierno extremeño, aprueba, pone en marcha o anuncia el Gobierno de José Antonio Monago. Esperemos que la ‘ocurrencia’ del diputado socialista Miguel Bernal al ayudar, por iniciativa propia y sin previo aviso, a quien, salvo que se demuestre lo contrario, no le ha pedido ayuda, sólo sea eso, una ocurrencia.
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