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LA VENTA POR INTERNET DEJÓ CASI SIN LOCALIDADES A LA TAQUILLA

Las entradas para el concierto de Woody Allen en Badajoz se agotaron en una hora y diez minutos

16 de Diciembre | 15:59
Redacción
Las entradas para el concierto de Woody Allen en Badajoz se agotaron en una hora y diez minutos
En una hora y diez minutos se habían agotado las entradas para ver a Woody Allen en Badajoz. El cineasta, actor y clarinetista norteamericano ofrecerá un concierto de jazz el martes día 30 en el palacio de exposiciones y congresos de la ciudad pacense, acompañado por su grupo, The New Orleans Jazz Band. Para el acto se anunció que se pondrían a la venta 773 entradas en todo el mundo, pues además de en taquilla se vendían por Internet. Se agotaron tan pronto que muchas personas se quedaron con las ganas de conseguir una después de pasar horas haciendo cola.

Los dos puntos de venta informáticos se han impuesto de forma abrumadora a la venta de entradas en la taquilla del teatro López de Ayala de Badajoz. Tanto los puntos de venta como la taquilla se abrieron simultáneamente a las doce del mediodía. Ante la ventanilla del teatro pacense se formó una cola que le daba la vuelta a uno de los laterales del edificio. Más de 200 personas esperaron durante horas en la acera. Las más madrugadoras declararon haber llegado a la taquilla a las siete de la mañana. Ellas sí consiguieron entradas, pero otras personas que hacían cola desde las nueve de la mañana, y que estaban muy pocos metros detrás de las primeras, se quedaron con las ganas de adquirir su pase.
 
Cuando la taquillera del teatro cerró la ventanilla y puso tras el cristal un cartel anunciando que se habían agotado las entradas para el concierto de Woody Allen, además de desilusión hubo protestas. Alguna persona aseguraba, incluso, que desde la taquilla se iría a presentar una denuncia por lo ocurrido.
 
¿Y qué es lo que había ocurrido? Algo muy sencillo: Internet le ganó por la mano a la taquillera. Aunque los portales de venta de entradas estaban colapsados y no permitían comprarlas, en los primeros minutos, la cola ante la taquilla tampoco avanzaba. Durante la hora y diez minutos que permaneció abierta sólo pasó por ella una veintena de personas –veinte según unas versiones y veintiuna según otras- cada una de las cuales pudo adquirir como máximo cuatro localidades. En total, y a falta de confirmación oficial, unas 80/84 entradas de las 773 que se habían puesto a la venta en todo el mundo, pues Internet llega a casi todos los rincones del planeta.
 
Había personas en la cola que, al ver que no avanzaba, se dedicaron a intentar comprar las localidades usando el teléfono móvil. Otras llamaban a familiares y amigos para que intentasen comprarlas desde casa o desde el trabajo usando el ordenador. Algunas de estas últimas tuvieron éxito.
 
Pero ante la taquilla había muchas personas desencantadas y bastantes enfadadas. ¿Cómo es posible, se preguntaban, que en la taquilla sólo se haya atendido a veinte personas? ¿Para qué sirve hacer cola durante horas delante del teatro si la gran mayoría de las entradas se venden por Internet? ¿Por qué se vende por Internet la mayoría de las entradas para un concierto que tendrá lugar en Badajoz? Y, sobre todo, ya en el colmo de la impotencia y del enfado, ¿por qué no sale nadie a darnos una explicación?
 
Explicaciones hay muchas, aunque seguramente ninguna satisface a quienes están descontentos. Una explicación es que Woody Allen vive en Estados Unidos y no viene a Europa todos los años y a Extremadura no ha venido nunca, que se sepa, así que hay muchas personas interesadas en verle, pues están convencidas de que no habrá una segunda oportunidad. Otra explicación es que, para una vez que el artista está dispuesto a venir, hay que aprovechar la ocasión de traerle, aunque estemos en invierno, llueva y haga frío y no pueda tocar en el Teatro Romano de Mérida, con sus casi 3.000 localidades, que también se agotarían, y haya que resguardase en el palacio de exposiciones y congresos de Badajoz y poner a la venta sólo 773 entradas.
 
Otra explicación es que el precio de las localidades, entre 20 y 50 euros, para ver a Woody Allen en Badajoz es muy asequible. En Barcelona y en Mónaco, el precio de los pases es muchísimo más elevado, pues cuestan entre 55 y 125 euros.
 
Y la explicación de las explicaciones: es muy difícil, por no decir imposible, que la taquillera del Teatro López de Ayala de Badajoz pueda competir en agilidad despachando entradas con los portales informáticos. Lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible.
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