Ya no existen los pactos no escritos, pues a firmarlos
 | | 23 de Febrero | 12:45
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Por desgracia es así, tal y como estamos en la vida, con lo que hemos visto y lo que nos queda por ver, los acuerdos verbales han quedado para la historia; esos apretones de mano con los que se sellaba un pacto poco más y quedan en el lejano Oeste, qué digo, en los Western americanos, películas claro, no tanto, soy una exagerada pero por poco.
Y dirán, ésta ha visto en el fin de semana “El bueno, el feo y el malo” o alguna de ésas y se ha quedado un poco tocada. No, no la he visto, aunque me gustan las películas de vaqueros no he visto ninguna, la cosa va por otros derroteros pero a veces poco tienen que echarse en cara.
Voy a centrar el tema. El jueves tenía lugar una nueva sesión plenaria en el Parlamento de Extremadura, entre los puntos a tratar estaba la ley que regularía el traspaso de poderes entre ejecutivos. Para quienes no estén informados sobre qué ocurrió le diré que se aprobó con los votos a favor de PP, IU y PREX-CREX, mientras que PSOE se abtuvo. Víctor Casco, portavoz de IU, defendió la ley aunque recordó que en Extremadura ha primado la normalidad en el traspado de poderes. Damián Beneyto, portavoz de PREX- CREX, consideró necesaria la ley para una mayor transparencia en el ejecutivo. Mientras que el diputado del PSOE Alfredo Escribado se fue por otro camino, pensando que el PP cree que otros gobiernos han sido “un tanto falsos y chorizos” y por eso se abstienen al no estar de acuerdo con el supuesto “planteamiento” que ellos dicen que el PP tiene.
En alguna tertulia que he escuchado estos días recordaban los compañeros que los “pactos entre caballeros” existen. En política, como en otros ámbitos de la vida, existen acuerdos verbales, pactos no escritos, como quieran llamarlos, que se supone van a llagar a buen puerto, a quienes suscriben esa alianza se les presupone unos principios de lealtad y honestidad, entre otros, todo en aras de la trasparencia y el bien común, el bien del pueblo, porque no pueden olvidar que trabajan por y para el pueblo.
Me planteaba yo dos cuestiones sobre este tema: ¿debería existir esta ley? Y ¿Es necesaria? En el primero de los casos repondía que no y en el segundo que sí. Me explico, fiándonos de los políticos que son personas que trabajaban no solo para los demás, sino para ellos mismos, influyéndole las decisiones que toman, se supone que su trabajo tanto en la legislatura como en ese “traspaso” de poder del que hablábamos va a ser limpio, por tanto no sería necesaria esta ley basándonos en la honestidad de los hombres. Pero aterrizando, dándonos el batacazo, vemos que esa realidad es poco más que una utopía, así contesto a la segunda pregunta, sí. No nos podemos fiar ni de nuestra sombra, es así, por desgracia han ocurrido tantas hechos en el panorama político que todos los cortafuegos que se pongan son pocos.
Extremadura no tiene tradición en traspado de poderes, durante casí treinta años el traspado ha sido como solemos decir, Juan Palomo, yo me lo guiso yo me lo como, no se iban a engañar a ellos mismo. Hace cuatro años ocurre algo que poco esperaban, un cambio, el ya presidente se fió del buen hacer de su antecesor y ¿qué ocurrió? Aparecieron cosas que Monago no se imaginaba, como recordaba la diputada popular, Virginia Alberdi, el cajón de las facturas sin pagar fue una de las sorpresas. Y ante lo que pase en mayo no quiere Monago sorprender a nadie. Con esta ley se pretende conocer qué políticas se han realizado durante los cuatro años, los recursos que se han utilizado, en qué se han destinados, algo así como cuando aprendíamos contabilidad en bachillerato, debe, haber, asientos,..., todo lo necesario para que a lo hora de trabajar el equipo que llegue tenga claro qué hay y pueda empezar su labor sin perder tiempo en arreglar lo que otros estropearon. Son muchos otros los aspectos que recoge la ley, como la continuidad del gobierno permitiendo así un normal funcionamiento de la Administración en este impasse de poderes, conseguir que el ciudadano note lo menos posible ese cambio, que no repercuta en él. Pero también afecta a los propios políticos, el presidente, miembros del Consejo de Gobierno y altos cargos no podrán concurrir durante el ejercicio de su cargo a procesos para el acceso a empleo público, así como durante los dos años siguientes al terminar su gestión, procesos que fueran convocados por ellos, por superiores o titulares de sus órganos. De esta manera se evita llegar a puestos de una manera poco ética.
Pero todo esto es mucho más sencillo, no va de papeleos, legislaciones complicadas y cosas por el estilo, todo confluye en cuatro puntos básicos para cualquier relación, pública o no, lealtad, colaboración, información y transparencia. Si estos aspectos se cumplieran a rajatabla otro gallo cantaría. Por lo pronto en Extremadura ya ha cantado otro, viene haciéndolo desde hace cuatro años, nadie puede negar el impulso de la región y lo corroboramos en esta última sesión, colocando así a Extremadura en la primera línea de transparencia gracias al ejercicio de ejemplaridad.
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