Quince horas en la red...
 | | 25 de Marzo | 12:49
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Si por algo se caracterizó la semana pasada extremeña fue por el interés político-mediático que suscitó no solamente aquí, sino más allá de nuestras fronteras. Sin duda, aunque hay quienes lo ponen en tela de juicio, el jueves marcó un antes y un después en la política de nuestra tierra, el presidente Monago rendía cuentas sobre el cumplimiento de su programa electoral, sobre estos casi ya cuatro años en los que tomó las riendas de Extremadura y la llevó a donde estamos ahora.
Un hombre, un atril, compañeros de profesión, no quiere decir que todos a favor, público presente y ausente, radioyentes y un tema, trabajo prometido, trabajo cumplido, o no, como diría aquel, aprobado o suspenso, como dicen otros. Ese fue el panorama que nos encontramos que suscitó el interés necesario para que hablemos del tema durante días, interés unido a lo novedoso de la tarea, pues no recordamos políticos que hayan llevado a cabo este ejercicio de autoanálisis y mucho menos de esta manera, en positivo o no, ahí reside una de las mayores virtudes del hombre, saber reconocer los defectos también, porque para corear lo bueno ya están otros. Y hablando de corear, seguro analizaremos durante tiempo lo ocurrido esa jornada, habrá más de uno que esté rezando para que no, para que dejen de sacar el tema, porque toda hay que decirlo, donde uno sale victorioso otro pierde, ¿quién perdió?
Pero hay más cosas que destacar del pleno, he querido dejar pasar unos días y en revuelo propio del momento, seguro están esperando el análisis minucioso, detallado y al milímetro del discurso de Monago y las réplicas pertinentes, pues me van a perdonar pero no, hoy no voy a tocarlo, aunque seguro algo se me escapará, se ha escrito tanto que voy a decantarme por otras arista del prisma parlametario: el tiempo e Internet. No se preocupen que no voy a transformarme en la señorita del tiempo que muy avispada ella escribe en la web de turno las predicciones que en pocos casos aciertan, aunque lo haría con mucho gusto, otra cosa es que luego se enfadaran porque no iba a dar ni una.
El tiempo, hora tras hora, las agujas del reloj parecen no avanzar, tic-tac, el tiempo no se acaba. Lo sé, son políticos, es su trabajo, cobran por ello, ése es el mantra que seguro repiten una y otra vez aquellos que desprestigian la labor que realizan, sean del signo que sean, en estos menesteres da igual el color, aunque todo hay que decirlo, hay algunos que hasta dentro de la profesión con ganar papeletas son capaces de quitarse valor a ellos mismos hablando mal del resto, ¡hijo mío, que tan políticos son esos a los que desprecias como tú! Todos nos agobiamos, estresamos y cansamos, tenemos derecho a ello, nuestros políticos también y más ante un pleno que ya desde sus orígenes se preveía largo e intenso. Por regla general las sesiones plenarias en el Parlamento de Extremadura no son precisamente de visto y no visto, aquí las horas que pasan son lo de menos, muchos puntos a tratar pero todo sea por los extremeños, todo por nuestro beneficio, por el suyo, el de los políticos porque, al fin y al cabo, ellos también son parte de los afectados de las decisiones que toman. El tiempo es oro y en sesenta minutos se hacen virguerías sino díganme usted si desde las nueve de la mañana hasta bien entrada la hora de la cena no se pueden conseguir los objetivos propuestos. Pues sí, varias fueron las horas, no voy a tirar ni por lo bajo ni por lo alto pero con decirles que las cabezas preciamente no acaban pensando en lo que tienen delante creo que es suficiente y si encima le añadimos las situaciones tensas que en ocasiones acontecen se junta el caldo de cultivo perfecto para poder sentirse todos superhéroes.
Y testigos de esas horas fuimos todos, los compañeros de profesión los primeros, gracias a ellos pudimos conocer minuto a minuto lo que ocurría en el pleno, las redes sociales son un poco cotillas, bueno no, nosotros lo somos, pero en estos casos es hasta meritorio serlo, porque nos informamos y formamos, aprendemos de lo que nos cuentan y tenemos los datos suficientes y necesarios para conformar nuestro propio panorama político y hablar con conocimiento de causa, que es lo que hace falta en estos tiempos. ¿Y qué fue de lo que más se habló en las redes? A ver, a ver... pues está claro, del balance de Monago, Twitter ardía, a través de esta red conocimos datos muy concretros que podían llegar a escaparse escuchando el pleno, datos que nos llevan a conocer una Extremadura diferente, una Extremadura nueva, nuestra Extremadura en la que un pleno no es solo eso, es más que un pleno, solamente con contar quince horas...
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