Hola y Adiós
 | | 30 de Marzo | 13:33
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Ya es sabido mi gusto por este mundillo tan complejo que es la política, pero aunque me guste, me apasione, me disloque, nunca deja de sorprenderme, si me asombra a mí cuanto más al resto, y si son cotilleos mejor que mejor.
Bueno, pues nuestra ciudad no iba a ser menos, si en otras hay sorpresas aquí también. ¿Quién ha dado el campanazo? ¿Quién ha osado perturbar la tranquilidad de ésta mi ciudad? ¿Quién se ha convertido en la comidilla? Para los que no están al día y para los que lo están también, porque una buena historia nos gusta a cualquiera, el nombre de los últimos tiempos, de la última semana, de los últimos días es Antonio Manzano, el que fuera candidato a la alcaldía de Badajoz por el partido Ciudadanos, que ahora se llama así, porque desde sus orígenes lo he escuchado en catalán, Ciutadans, y misteriosamente se ha castellanizado, ya me gustaría saber a mí el intríngulis de la cuestión, a ver por qué ahora así, ya sé que renovarse o morir pero hay algunas cosas que cantan, pero mucho. El caso es que Manzano se ha ido, eso sí, después de mandar una cartatita, como yo digo muy bien escrita, en la que aclaraba más de cara al público que internamente los pormenores de su marcha. Dice que después de haberle pedido de manera reiterada que se presentara a la alcaldía él renuncia. ¿Por qué? Son varios los puntos en los que recoge se decisión, tan lícita como la de cualquiera, no soy nadie para entrar a valorar si es verdad o no lo que ahí cuenta, pero hay ciertos aspecto que me chocaron, me llamaron la atención particularmente y me hicieron configurar mi propia reflexión.
El señor Manzano hace referencia a que la política está como está por culpa de los sinvergüenzas. A ver, yo me pregunto, si considera que en política hay sinvergüenzas, ¿para qué formó parte de ella aunque fuera durante dos meses? Cuando algo no me gusta no me meto al medio y mucho menos en primera línea de batalla. Y por cierto, en la política sí hay personas decentes, gracias a ellas, a su buen hacer, a sus ganas de luchar por un proyecto, gracias a esas personas muchos confíamos en la política y, por supuesto, en ellos, los verdaderos protagonistas de la historia.
El señor Manzano se regodea en una cosa en varias ocasiones, el nivel que ha llegado a conseguir en estos dos meses de trabajo; todo hay que reconocerlo, hay que ser justos, y sí, tiene razón, ahí están las encuestas, ahí están los datos, hay una intención de voto, esos votos le llevan a conseguir representación en el ayutamiento y él, como político y, por consiguiente, como ciudadano, nunca mejor dicho, sí es conocido, hay cierto nivel de conocimiento y valoración. Pero claro, juega con ventaja, él ya es una persona célebre en la ciudad por varias actuaciones públicas que han generado cierta controversia, y lo siguen haciendo una vez él ya se ha quita del medio, como pasará aquí, seguirá provocando polémica.
La política es a la vez tan gratificante como desagradecida. Está llena de alegrías, pero también de sinsabores; de bondades, pero de grandes maldades; de honestidad, integridad, compañerismo, pero también de todos sus contrarios que pasen por sus cabezas. Por eso, porque todos sabemos que así, pero como en todo en la vida, no solamente en política, que está de moda despreciarla, por eso no entiendo como el señor Manzano se asombra de lo ocurrido. A ver, este partido ha llegado aquí, ha aterrizado como una mosca de ésas que llega en verano cuando estás tomando el sol al olor del bronceador y se queda contigo el tiempo que esté tumbada, pues lo mismo, ha llegado al olor del malestar generalizado, del malestar en el resto de España porque aquí estamos muy agustito, pero aprovechando eso ha ido poniendo pequeñas semillas en la ciudad, semillas que se han vuelto, parece que han germinado en sentido contrario, sino no es comprensible. Como se suele decir, así para que nos entendamos, iba a por lana y ha salido trasquilado.
El buen político lidia con todo, hasta con un Miura si lo tuviera delante, el buen político apacigua los ánimos, no coge un berrinche de niño chico y acusa a sus compañeros ante el público soberano, o sea, nosotros y nuestras papeletas. El buen político reconoce lo negativo, lucha por erradicarlo y esos trapos sucios de su partido los lava en la sede y no los tiende en medio de San Juan que al pasar todos opinemos del blanco poco nuclear. No sé que condiciones de trabajo son las que el señor Manzano quiere pero como dice que “es imposible trabajar en favor de la ciudad de Badajoz en estas condiciones y desde este partido”, es mejor que se marche, como ha hecho, que el ego se lo alimenten otros o, por qué no, que monte un partido porque en eso de crear cosas nuevas tiene experiencia.
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