Guillermo Fernández Vara, líder del PSOE en Extremadura, ha dicho en una entrevista en la televisión autonómica extremeña que ganó la moción de censura que presentó contra José Antonio Monago, presidente del Gobierno extremeño. Pronto hará un año de aquello, pero el paso del tiempo no cambia la historia. No la ganó, la perdió.
(La moción de censura) “no salió adelante, pero la gané”, dice Vara. (Considera que la ‘ganó’ porque) "inmediatamente tuvimos un proyecto de gobierno alternativo, e inmediatamente se visualizó que había un gobierno gobernando, y que había otro partido con capacidad de gobernar".
Es su opinión y hay que respetarla. Nadie puede saber mejor que Vara para qué le sirvió a él aquella fallida moción de censura, pero lo cierto es que la perdió. La moción de censura que presentó Vara no prosperó y Monago continuó presidiendo el Gobierno de Extremadura. Todo el mundo vio algo que hacía tiempo que no se veía: Vara mostraba indicios de intentar volver a ser presidente. Pero también todo el mundo se dio cuenta de que no podía serlo. Incluso se dio cuenta Vara antes y después de presentar la moción.
Antes porque, como sabía que no podía ganar, gastó toda la pólvora en un solo cohete. Tanto el Estatuto de Autonomía como el Reglamento del Parlamento extremeño exigen que la presentación de la moción de censura lleve la firma de, al menos, el 15% de los diputados. Como hay 65 escaños, el 15% son 9,75 diputados. Y como los diputados no se deben trocear como si fuesen jícaras de chocolate, en Extremadura se requieren al menos 10 señorías firmantes para presentar una moción de censura.
El PSOE, con 28 escaños, tenía de sobra y no se limitó a utilizar sólo 10 firmas. Para ‘hacer más ruido’, que era lo que se buscaba, como implícitamente acaba de reconocer Vara al decir que inmediatamente se “visualizó” que había otro partido con capacidad de gobernar, todo el grupo socialista firmó la moción.
Para hacer más ruido y por estar convencidos de que, a un año del final de la legislatura –la moción fue registrada el 7 de mayo del 2014 y se debatió el día 14- estaba prohibido presentar otra moción, así que lo apostaron todo al mismo envite. De este modo, si Monago ganaba la votación, como ocurrió, el PSOE habría dado al menos una imagen de bloque, lo que le venía muy bien a un grupo parlamentario que había perdido dos escaños por el abandono de los regionalistas del PREX-CREX. Y si Vara ganaba la votación, con el apoyo de Izquierda Unida, el PP no podría contratacar y echarle del Gobierno, ni aunque le apoyase IU, debido a la ‘leyenda urbana’ del famoso último año de gracia, por lo que Vara no se guardó balas en la recámara. La elección del momento para presentar la moción, en pleno debate sobre el estado de la región, no fue producto del azar. Todo lo contrario. Se buscó que tuviese la máxima resonancia.
Pero, en mi humilde opinión, Vara y sus asesores se equivocaron. Se equivocaron al poner toda la pólvora en el mismo cohete y se equivocaron, y siguen confundidos, al suponer que no se puede presentar una moción de censura durante el último año de la legislatura. Ni el vigente Estatuto de Autonomía ni el Reglamento de la Asamblea lo prohíben.
Lo que dice el Estatuto en el punto 4 de su artículo 29 es: “En una misma legislatura, los signatarios (firmantes) de una moción de censura rechazada no podrán impulsar otra hasta transcurrido un año desde la presentación de aquella”. Está muy claro. “Los signatarios” “no podrán impulsar otra hasta transcurrido un año desde la presentación de aquella”. Los firmantes deben esperar un año, dentro de la misma legislatura, para presentar otra moción, pero sus compañeros de bancada que no hayan firmado la primera sí pueden firmar la segunda. El Estatuto no se lo prohíbe.
Y lo que se dice en el Reglamento, artículo 243. Límites a nuevas mociones, es: “Ninguno de los signatarios de una moción de censura rechazada podrá firmar otra dentro de la misma legislatura, mientras no transcurra un año desde aquélla”.
La acotación "en una misma legislatura", que establece el Estatuto y refrenda el Reglamento al decir "dentro de la misma legislatura", es muy importante, pero no impide que los mismos signatarios presenten una segunda moción de censura en un plazo inferior al año. Siempre que lo hagan en dos legislaturas. Ocurrirá así si un grupo de signatarios presenta una moción en las últimas semanas de una legislatura. Si la gana, llega al poder y convoca elecciones. Si la pierde concurre a las nuevas elecciones desde la oposición. Una vez iniciada la nueva legislatura, ese mismo grupo de signatarios, si está en la oposición, puede volver a firmar una segunda moción de censura en menos de un año.
Pero eso es lo que puede ocurrir. Lo que ocurrió es que si el PSOE sólo hubiese avalado la moción con 10 de sus 28 diputados, aún le hubiesen quedado firmas para presentar dos mociones de censura más, pues 18 de sus 28 parlamentarios no habrían sido ‘signatarios’ de la primera moción y, además, podría tener la firma de sus dos antiguos socios regionalistas, que le habían pedido una moción de censura y que votaron en contra de Monago cuando finalmente la moción se debatió.
Sin embargo el PSOE, con Guillermo Fernández Vara a la cabeza, ya había perdido esas dos vías para presentar una segunda y una tercera moción de censura contra Monago.
Pero es que hay más. Muy poco tiempo después de que Vara perdiese la moción de censura (mayo del 2014) y siguiera en la oposición, se organizó (noviembre del 2014) el escándalo sobre los viajes de Monago a Canarias cuando era senador. Los tribunales se han encargado de confirmar que el senador Monago no cometió delito alguno realizando esos viajes, pero cuando la polémica mediática estaba en plena ebullición, con el fuego avivado por tirios y troyanos, hasta los tres diputados de IU pedían con vehemencia la dimisión de Monago por no tener la confianza de la Cámara. Pedro Escobar, portavoz de IU, afirmó en ese momento que si Monago pedía el apoyo del Parlamento sometiéndose a una cuestión de confianza, IU no le apoyaría y tendría que dejar la Presidencia. También se refirió a la imposibilidad de presentar una moción de censura, debido a que quedaba menos de un año para las elecciones, con lo que otra vez salió a relucir la ‘leyenda urbana’ del plazo, y sólo el PSOE tenía suficientes escaños –todos quemados como ‘signatarios’- para presentarla. Pero, durante esos días, Escobar demostró tener ganas de echar a Monago y hay que deducir de sus declaraciones que, si hubiese podido, lo habría hecho.
Vara pudo haber presentado entonces otra moción de censura que en esa ocasión sí hubiera prosperado. Para ello necesitaba 10 diputados que no hubiesen firmado la primera moción. Todos los del PSOE estaban invalidados como signatarios, pero había 3 de IU y 2 regionalistas (de PREX-CREX, antiguo socio del PSOE) que sí podían firmar. Conseguir otras 5 firmas era bien sencillo. Bastaba con que 5 diputados del PSOE renunciasen a su escaño. Quienes les sustituyesen no habrían firmado la primera moción y estarían plenamente habilitados para ser signatarios de la nueva moción.
¿Y el porqué habrían de dimitir sólo 5 socialistas y no 10? Pues porque más importante que quienes presentan la moción de censura son quienes la apoyan y en este caso, asegurarse el voto a favor de la investidura de Vara de IU y de PREX-CREX era imprescindible. Que la presentación de la nueva moción llevase la firma de los 3 diputados de IU y de las 2 señorías de PREX-CREX prácticamente garantizaba su apoyo en la votación.
En cualquier normativa puede haber lagunas y contradicciones. En mi opinión, las aquí planteadas debieron haberse corregido hace tiempo, pues su existencia es un factor de inestabilidad importante cuando no existen mayorías absolutas. Si el electorado extremeño no apuesta por la estabilidad a través de una mayoría parlamentaria determinante, es muy posible que en la próxima legislatura se presenten más de una moción de censura.
Vara dice que ganó la moción de censura que presentó. Está en su derecho, pero a mí me parece que la perdió. Y no una vez, sino cinco veces. La perdió cuando la presentó, cuando usó todas las firmas en vez de sólo las 10 necesarias, con lo que podía haberlo intentado dos veces más con sus escaños y los de PREX-CREX, y cuando no se dio cuenta de que podía recurrir a la sustitución de diputados.
Y si Vara, alguna vez, se apostó con alguien una comida legitimando la leyenda urbana de que durante el último año de legislatura no se pueden presentar mociones de censura, también ha perdido esa apuesta. No he encontrado ni la ley ni el artículo que sustenta esa creencia. Si existe, me gustaría verlo.