En eso es en lo que se convirtió la entrevista al Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, que pudimos ver hace un par de noches en Televisión Española. Hay hasta quien se sentó con palomitas pero se confundió de peliculón.
No tengo muy claro si es que la actitud del señor Sánchez es ésa, hable con quien hable y en el lugar que sea siempre acaba hablando de los demás. Vale que los políticos tienen esa virtud, que más que hablar de ellos hablan del adversario, que por cierto, quedó claro que su único contrincante es Rajoy, no tanto ni un segundo en contestar. Pero perdió una oportunidad de oro para hablar de él, de su programa, de sus espectativas, de qué quiere para España.
Es de manual que el público capta antes lo negativo que cuentes de los políticos que los aspectos positivos; Sánchez así lo hizo, lo bueno de él, claro, porque no iba a hablar bien de Rajoy, Rivera o Iglesias. El caso es que algo negativo, algo malo se convierte en un mensaja casi viral, como en Internet, y al día siguiente la gente hablaba más de: mira lo que ha dicho de éste, mira como habló de lo de Bárcenas (como si en sus final todos estuvieran limpitos)... Lo traía bien aprendido (si a estas alturas no lo sabe...) Lo que vaya a hacer, es otra cosa, eso lo dejamos para las octavillas que se repartan por la calle, que se lo lea el ciudadano, que es mejor no decir mucho a cámara porque luego todo está grabado y cuando no lo cumpla...vídeo al canto (otra cosa que también sabe)
Los mítines se dejan para campaña, que por cierto aún no ha empezado, pero en entrevistas como éstas deben saber dosificar la información de su proyecto, del suyo, del PSOE, porque más que el suyo parecía conocer el de los demás o el que no van a hacer los demás. Oportunidad como la de la entrevista son pocas las que se tienen, un encuentro personal con una gran periodista para desgranar qué es para uno España y qué va a hacer por ella cuando llegue a Moncloa, qué puede mejorar, lo factible, lo deseable, lo futurible, etcétera, etcétera, pero no.
Si dejamos a un lado el mal aprovechamiento de una oportundid y nos pasamos al aspecto de cadena, metió la pata: en los gobiernos socialistas TVE era un ejemplo de “pluralidad” y “objetividad”, la caña, le faltó decir, ahora bien, la situación de la tele pública en esta legislatura... un instrumento al sevicio popular, su lazo naranja en la solapa lo decía todo. Muy respetuoso con los trabajadores públicos, pero delante también tenía una trabajadora de la cadena que se preparó una entrevista a la cual poco o ningún caso hizo, es más, Ana Blanco parecía desesperar por momentos y eso que lo intentó y lo intentó, tiró del carro pero nada. Poco respeto demostro por la cadena Sánchez. ¿Solo hay que respetarla con gobiernos socialistas?
¡Ay! Pero si Pedro Sánchez a lo que fue a la tele era a otra cosa, estábamos todos equivocados, qué ingenuos somos, tanto él como su partido son muy modestos, pobres, si uno de sus grandes errores es “no reconocer que hemos hecho los socialistas”. ¿Qué? ¡Madre mía, madre mía! No voy a entrar si han hecho o no, porque algo habrán hecho, claro está, pero decir esto...¿qué les da vergüenza?
Ya saben, sean vergonzosos con sus cosas, ni “mu”, que no se entere nadie.... Pero con de los demás lo que se les ocurra.
