¿En qué guía o manual, ley, norma, tradición o costumbre se detalla el enclave óptimo, la manera ideal, las condiciones favorables o el número de progenitores ideales para obtener los resultados deseables para criar y educar a los hijos? Haberlos, los hay.
Aún conociendo y reconociendo lo magnífico que pueden resultar para la educación de los hijos, los lugares óptimos (una vivienda digna), las condiciones favorables (economía sostenible) y el número ideal de miembros (padre y madre), según todos los estudios, informes, leyes, etc., ello no asegura obtener una educación perfecta, ni siquiera correcta.
He leído sobre todos los inconvenientes de la educación de los hijos en una familia monoparental y debo ser una de las excepciones que confirmen las reglas.
He conocido cuatro Leyes educativas y he asistido a centros privados, concertados y públicos.
Vengo de una familia nuclear, y con ocho hermanos de personalidades variadas, casi opuestas en algunos casos, y se puede pensar que con la misma educación. Y digo esto de “se puede pensar” porque yo no pienso así, creo que cada individuo es educado de manera diferente.
Mi familia es monoparental desde hace trece años. Creo sinceramente que todo nuestro entorno ha contribuido a la educación de mis hijos, aunque la mayor parte, por qué no decirlo, es mérito de mis hijos y mío propio. Que sean las magníficas personas que yo creo que son, sin duda se debe a todas las circunstancias de nuestras vidas. Ellos tienen su propia personalidad desde que fueron sacados de mi útero, y ésta se ha ido adecuando y educando a medida que crecían. No digo con esto que yo haya sido, o me considere, un mero espectador de su desarrollo educativo, porque mis actos también han sido condicionantes de sus decisiones, pero desde que eran pequeños he intentado “dejarles ser”.
Y sí, siempre intentando desarrollar sus facultades intelectuales, morales y afectivas en la medida en que las mías propias se iban adecuando al momento y a la sociedad en que me ha tocado vivir que, en definitiva, es educar.
La educación ha sido y es en mi casa un continuo feedback y espero que lo siga siendo hasta que termine mi vida.