La resaca electoral ha llegado a su fin. Precampaña, campaña, idas y venidas, dimes y diretes, viajes, kilómetros, altercados, mítines, caras a caras, todo ello ha llegado a su fin, por ahora, claro está. La resaca postelectoral no ha hecho más que empezar, a partir de las ocho de la tarde de ayer, con el cierre de las puertas de los colegios electorales, comenzaba otra resaca, otro dolor de cabeza, y quien diga lo contrario miente, por muy antipolítica, apolítico o como se quieran llamar, pasotas les diría yo, por mucho, todos, ese leve dolor de cabeza que aunque leve da la lata lo tienen, lo tenemos.
La jornada de ayer fue de ésas que me gustan, me apasionan pero también fue de ésas que se te van de las manos, por más cábalas que puedas llegar a hacer es mejor dejar la cabeza tranquila y esperar al día siguiente, coger la prensa, ponerla encima de la mesa y empaparte de las posibilidades, del ¿ y ahora qué? Que por cierto, es lo que estoy haciendo.
Rajoy revalida su victoria, vuelve a ganar; Pedro Sánchez queda segundo, como en su día pasara con Rubalcaba, segunda fuerza política; y el resto era algo más o menos esperado, las llamadas formaciones emergentes han hecho eso, emerger, y posicionarse, asentarse y decir este sillón es mío y nadie me lo quita. Podemos primero y Ciudadanos después, cosa que sinceramente no me esperaba así, eso que no soy muy de encuestas, pero veía la cosa a la inversa, como algunos vaticinaban.
¿Y ahora qué? Es la pregunta del millón, posibilidades infinitas, puestos a imaginar de todo puede llegar a nuestra cabeza, pero cosas coherentes, sólidas y firmes, con perspectivas de futuro…de ésas pocas, pero haberlas “haylas”.
Comienza una etapa complicada para el ya presidente en funciones, Mariano Rajoy y su equipo, él lo va a intentar, “lo voy a intentar, voy a intentar formar Gobierno”, pero no es tonto, el panorama que se le presenta no es como el de hace cuatro años que ni él se esperaba, solo hay que mirar las caras de sus acompañantes anoche en el balcón de Génova, distaban mucho de las de hace cuatro años porque todos tienen claro que al partido y a España les toca afrontar “una etapa que no va a ser fácil”.
Y esta etapa, que como decía más arriba se antoja complicada, va a tener un sello característico, el del diálogo con base en las dificultades, como decía Rajoy “en las dificultades es donde se ven los políticos de verdad, será necesario dialogar y llegar a entendimientos”, serán necesarias tantas cosas, si supiéramos que en el diálogo está la clave todos nos hubiéramos ido a dormir ayer más tranquilos. Más de uno y de dos no habrán pegado ojo en toda la noche, entre la parranda que se habrá montada en casa morada y naranja, más pensar entre risa y risa, enhorabuena y enhorabuena, qué vamos a hacer, y el acopio de aspirinas por lo que pueda pasar, ¿quién a conciliado el sueño?
Y más de uno y de dos tienen que estar frotándose las manos desde anoche, vamos que se habrán sacado brillo, saben que Rajoy tendrá que sentarse a hablar con ellos, saben que los populares los necesitan y en sus manos está, el problema radica que no es un par de manos las que hay que estrechar, sino que habrá que prepararse para saludar una y dos y tres veces, y lo peor de todo es que aún así no sabemos ¿ y ahora qué? y muchos menos qué pasará.
