Una idea que me viene rondando a la mente, desde hace algún tiempo, es que algún día pintaré un cuadro. Aunque mis nociones de pintura son mínimas (las que aprendí estudiando bachillerato), es una de las cosas que me quedan por hacer.
Hoy, como en otras ocasiones, al despertarme tengo un último recuerdo del sueño, un pensamiento que cuesta expresar por escrito, pues se me antoja un tanto abstracto. Pero que tenía relación con el deseo de pintar el cuadro, o al menos yo saqué esa conclusión.
Soñaba con mi vida, mi trayectoria.
Soñaba con unas hojas, algunas en blanco y otras con cuadriculada, por las que realizo un recorrido. Éste no está marcado, no hay un camino totalmente proyectado y delimitado, sino que se va dibujando según voy transitándolo.
En algunas ocasiones el dibujo tiene trazos gruesos, fuertes, continuo, con una línea clara y de fuente suficientemente grande para que todos lo podamos interpretar. En otras ocasiones el camino se desdibuja o incluso llego a salirme de la cuadrícula (lo que se suele llamar sacar los pies del tiesto), para volver a él. Y, curiosamente, es en estos casos cuando el trazo vuelve a ser muy fuerte, continuo y con la imagen clara.
Pretendo pintar mi lienzo con un dibujo bien delimitado, aunque en ocasiones no tenga los medios para hacer un buen trabajo. Me abastezco de todos los posibles recursos que encuentro a mi paso, siempre de manera honesta, controlada, siendo fiel a mis principios, fiel a lo que interpreto que me han enseñado. Intentando no tomar de otros sin permiso, y acorde con casi todas las reglas técnicas para que el dibujo esté dentro de lo técnico, aunque no puedo evitar y además me encanta, que tenga la característica de artístico.
Me gusta la imagen que veo del “todo”, aunque reconozco que también me hubiera gustado ver que las partes de ése todo fueran perfectas. Me he propuesto darle más color, si es posible encontrar en la gama algún color desconocido o, al menos, una combinación singular, única, agradable a los sentidos, no inventada.
Puedo imaginar la galería que contiene los distintos diseños de muchos congéneres. Hay millones de cuadernos, grandes lienzos, también genialidades, otros en forma de trípticos como el mío, cuadros enmarcados o sin marco, una variedad sin fin…
Mi diseño puede gustar o no, puede parecer que es muy normal o ser extraordinario para alguien. Se puede estropear, con o sin intención, puede aportar algo novedoso, alguien puede incluso darle sentido a algunos trazos. También aprendo de otros que contemplo.
Desde hace poco lo estoy exponiendo en alguna galería. He estado muy abierta a críticas, que generalmente admito y de las que saco mis propias conclusiones.
Queda aún una parte importante por dibujar, pero la imagen hasta ahora, va teniendo una consistencia que, ¿por qué no? creo que puede ayudar a otros a dibujar el suyo, encontrando líneas parecidas, ideas para mezclar colores, etc.
