Pues nada, ya está, ya lo ha conseguido, al menos el primer paso ya lo ha dado, bueno, le han dado un gran empujón, tengo mis teorías sobre el tema pero…mejor en otro momento y en persona, ya saben.
Pedro Sánchez, candidato del rey a formar gobierno. ¡Toma ya! ¡Casi nada! A ver, no soy tan radical como parece, a veces sí, no sabemos cómo trabajaría este señor, no sabemos cuáles serían sus caminos a seguir, no sabemos qué decisiones tomaría,… no sabemos nada, ¿o sí? Visto lo visto podemos hacernos un panorama político de los pasos a seguir mirando muy al futuro y si encima le añadimos algunas de las respuestas que le dio a los compañeros de prensa en su intervención de anoche…blanco y en botella.
Pero vayamos a los gestos, el lenguaje no verbal que tanto encierra y que pocos saben leer. La entrada de Sánchez ayer tarde para charlar con el rey, ya iba pletórico, la sonrisa no podía esconderla, le delataba, algo bueno, para él, iba a pasar, los sentimientos y emociones emanaban por cada poro de su piel.
Tiempo después, y tras la noticia dada por parte del Presidente del Congreso, Patxi López, Sánchez lo ratificó: “anuncio de forma solemne que el Grupo Socialista y yo mismo vamos a asumir esa responsabilidad y vamos a intentar formar Gobierno”. ¡Ole, ole y ole! Y sonrisa, claro. Ais, a riesgo de resultar quisquillosa, lo sé, lo soy, madre mía la sonrisa, si es que no podía parar. Sumémosle el colegueo con la prensa, que yo no digo que no tenga que existir un trato cordial entre los medios y los personajes públicos llámense como se llamen, pero unos mínimos no se pueden perder, mínimos: que si no tengo boli, ¿no te irás a quedar sin él? A ver, vamos a empezar por Televisión Española y luego Público. Que si fulanita por aquí y menganito por allá. Uff, qué pregunta (no le hizo mucha gracia que le preguntaran algo así como que si para él lo importante era lo que se iba a conseguir, el trabajo, los hechos, se apartaría del camino a ser presidente por conseguirlo si él, y solo él, era el gran obstáculo) Imagínense su cara, la de la periodista, la mía, ¡lo qué hubiera dado por estar allí!
No voy a quitar el mérito a cada cual, Sánchez tiene dones que para muchos son necesarios, presencia y cercanía pero que yo sepa de ninguno de los dos se vive, y mucho menos en los momentos en los que nos encontramos.
No tengo muy claro si la eterna sonrisa de la tarde-noche de ayer le habrá desaparecido, quizás no porque con el tiempo que la tuvo puesta. Ahora veremos si la sonrisa se torna en lágrimas, en el llanto y crujir de dientes, más que nada porque eterna…, lágrimas de desesperación, de impotencia, de... Veremos cómo maneja todo con sus compañeros.
Conciencia, eso le pido, actuar con paso firme, sí, pero teniendo en cuenta las repercusiones de sus decisiones, que ya las están teniendo. Dice que buscará apoyos a ambos lado, anteponiendo “las políticas y los programas” a “los sillones”, a ese sillón que tanto se jactaba al decir que sería suyo. Con un sillón no se solucionan los cosas, no se gobierno y mucho menos con cierta compañías que también van a querer conseguir lo que sea a toda costa.