Hace unos meses una excompañera me llamó porque quería hacer una reunión de esas de antiguos alumnos. Creía que yo iba aceptar con los ojos cerrados lleno de entusiasmo. Cuando le dije que no iba a ir, se lo dije además de manera educada, me dijo que si me creía mejor que mis excompañeros. Le expliqué, que a mi esas cosas no me interesan. Me llamó chulo. Cuando la verdadera chulería es que quieran hacerme ir a sitios que ni me interesan y que, además, me dan completamente igual.
¿Pero no te gustaría saber lo que ha sido de María y Pedro?
La verdad es que me da igual María y Pedro. Yo deseo que María y Pedro sean felices y que sean buenos padres si es lo que quieren. Tampoco me importa si María se hace monja benedictina y Pedro se casa con un travesti brasileño si eso llena de sentido sus vidas.
Pero escuchar cosas de personas que nunca me interesaron me la trae al pairo. Lo siento mucho. Tengo amigos desde hace más de 30 años, cuya amistad ha sido inamovible y he sabido lo que ha sido de sus vidas constantemente.
Pero entiendo que haya gente que este tipo de reuniones les interesen y lo respeto. De hecho nunca tuve mala relación con mis compañeros de clase. Yo no era un chico introvertido que leía a Kenzaburo Oé y estaba enamorado de Silke. De hecho era de carácter extrovertido y dicharachero.
A mí el pasado me interesa para escribir poemas, cuentos o novelas. Única y exclusivamente.
Yo entiendo que mi excompañera quiera hacer una reunión y hablar de tal o cual profesor y mientras toma una copa de vino decir que, Manuel sigue estando de muy buen ver. Es normal y humano. Pero a mí no me interesa ver a excompañeros diciendo chorradas del tipo: Sabes que tengo un hijo que es superdotado. Tiene diez años y ya no se mea en la cama.
Sé que suena raro para algunos pero es así. Si quiero quedar con excompañeros quedo con gente concreta. Tengo una edad en la que no me sale de las narices ir a sitios por compromiso. No me da la gana. Y leo lo que me sale de los cojones. Lo siento mucho.
No he leído ni a Roberto Bolaños, ni a Patrik Modiano y no sé si los leeré algún día. No tengo obligación de hacer nada de eso. Mis obligaciones son con mi familia, la gente que quiero o las cosas que me interesan.
Yo sé que hay mucha gente con la vida vacía y que la última vez que fueron felices fue en el colegio o la universidad. Sé que hay gente que quiere recuperar el pasado algo que, por otra parte, es imposible. Pero no es mi caso.
Si queréis quedar para esas cosas por favor:
¡NO CONTÉIS CONMIGO!
