La vulgaridad parece haberse asentado entre nosotros, brota en cada esquina, en cada rincón; lo soez está de moda, ¡qué pena! Chabacano, ordinario, grosero, zafio, y si sigo no termino, todo ello es lo que se lleva, para qué vamos a hablar bien, para qué se le va a decir a los niños esto no se dice si con que miren un poquito el panorama de actualidad lo que ven es eso, si lo que ellos dicen no es más que el efecto contagio de alrededor. Pero vamos más a más, lo que tenemos en nuestro entorno es simpleza pura y dura, cuál es la forma de llegar a la gente, muy sencillo, con lo simple, con los básico.
Visto y comprobado que lo que mola es lo simple, somos tan básicos, tan primarios que las chorradas es lo que nos gusta, todo lo que nos haga pensar un poquito más… la hemos fastidiado.
Ejemplo de algo burdo, grosero, basto, que haya pasado en nuestros días: el ya famoso “padrenuestro”, ni mayúsculas ni nada porque no merece que gaste “tinta” en ello. Se me olvida, simple también, ¿por qué? Si buscamos en el diccionario el significado de la palabra encontramos lo siguiente: sencillo, sin complicaciones ni dificultades, falto de sazón y de sabor (lo que yo vengo a llamar “un sin sustancia”) Pues ahí está, lo que esta señora hizo y, sobre todo, el coro de palmeros que le rodeó desde el primer momentos, no tiene sustancia, ¿cómo la van a tener con esta mentalidad?
No me acaba de entrar en la cabeza el porqué de un ataque de esta índole. Habrá quien diga que es cultura, que es arte, que no era más que un poema, ¿dirían lo mismo si les tocase a ello? ¿Dirían lo mismo de otras religiones? ¿Se atreverían? No es más que un poema que no encierra ni un ápice de belleza, no tiene ningún mensaje ni nada que nos lleve a reflexionar. ¡Pero qué transmite ese poema! Una rabia interior del grupito que llevó a cabo el acto; para ellos será la forma de expresar una represión, un trauma o lo que a ellos les dé la gana.
Está claro que una de las cosas que quería la señora alcaldesa era esto, ocupar portadas, abrir programa, lo máximo en redes sociales, eso era y lo ha conseguido, que estemos hablando de ella, ¡cómo para no hacerlo! No se lo merece, la verdad, pero yo sí me siento ofendida, ¿por qué hay que aguatar esto? ¿Por qué tenemos que pasar por el aro de esta panda? Eso es lo que se ha conseguido con lo que se ha metido en las instituciones, es poco para lo que nos puede pasar. Si seguimos alimentándoles estas “letras dedicadas” van a ser poco, porque aquí lo que han demostrado es una falta de respeto y educación de nivel; en los ayuntamientos, juntas, en el congreso, en el senado, es chica la que pueden liar, ahí jugarán con lo nuestro, entonces qué ¿quién será el que se ría primero? También estarán faltando al respeto, sí, a todos y cada uno de nosotros, a sus propios votantes también, ¿se reirán de esa “gracia” ahora?
Por desgracia los católicos tenemos que aguantar una y otra vez hechos semejantes, aunque de esta magnitud y tan bajo…; somos el saco de boxeo para muchos pero por suerte tenemos la fuerza necesaria para aguantar esto y más, eso sí, tontos no somos y las cosas nos dueles y si lo que quieres es que nos callemos…listos van.
La gran pena es que la vulgaridad está de moda y mola, y eso es lo que duele porque por desgracia perdura. Pensemos dos veces las consecuencias.