A pesar de ser una región escasa en tejido empresarial e industrial, Extremadura también tiene sus conflictos por cierre.
Me refiero al conflicto que protagonizan en Monesterio los trabajadores de la mina Aguablanca, con los responsables de la empresa Rio Narcea Recursos, S.A., que se han empeñado en cerrarla, argumentando, como siempre, falta de rentabilidad.
Es muy probable que la decisión haya sido tomada muy lejos de aquí; en Toronto, de donde es la multinacional canadiense Lunding Mining, que es la empresa que compró la marca española, que se dedica a la explotación de níquel y otros metales.
En el caso que nos ocupa, el Gobierno de la Junta de Extremadura, asegura que está mediando para evitar lo que parece el desenlace final… el cierre. El Presidente de la Junta se ha reunido ya con los trabajadores, sindicatos, Comité de empresa, incluso con el Alcalde de Monesterio, sin embargo, entiendo que sólo se trata de una parte de los que deciden. Falta la parte que tiene la clave en sus manos, la empresa.
Entiendo que para un Presidente Regional de un Gobierno socialista, es muy fácil reunirse con sindicalistas, incluso con el alcalde de Monesterio, que es socialista también, lo difícil es tratar de convencer a la otra parte que argumenta que están sujetos a los precios de los metales, las condiciones medioambientales o a las inversiones privadas.
Considero que debe dirigir más sus esfuerzos a buscar esos encuentros y, si para ello, debe buscar la intermediación del Gobierno de España a través del Ministerio de Industria, que busque el sistema. En otras regiones tampoco se rinden.
Son 400 puestos de trabajo entre fijos y subcontratados, y miles de puestos indirectos. La mayoría son trabajadores onubenses o de Sevilla, y ésta explotación es un revulsivo económico para la comarca, de la que se beneficia tanto el sur extremeño, como Andalucía. Echo de menos la implicación de la Junta de Andalucía y su Presidenta Susana Díaz, en este asunto que afecta a muchos andaluces, aunque creo que ahora se va a reunir con Fernández Vara.
Como regionalista convencido, espero que los políticos estén a la altura de las circunstancias por el bien de muchas familias, y que la Junta ponga todos los medios a su disposición y “artes negociadoras”, para que no se produzca el doloroso cierre.