Pues sí, poco nos falta para ser el hazmerreír, si es que no lo somos ya porque entre unas cosas y otras nuestro país se va a convertir en el ejemplo de lo que no se tiene que hacer, mira que me duele tener que escribir esto, mira que soy positiva, que intento mirar el lado bueno de las cosas pero es que últimamente no veo nada de nada.
He estado un poco desconectada de escribir la semana pasada y hay quienes han echado de menos una opinión muy concreta, el fútbol. ¿Por qué será? Quienes me conocen saben que soy futbolera, me encanta sentarme a ver un partido, sufrir, ir tras el balón como si fuera yo la que está en el césped, las polémicas también me gustan, y en el fútbol están servidas, pero claro, hay algunas que no entran en mi cabeza, y yo pensaba que en la de nadie pero…¡qué ingenua soy!
Cada país tiene unas señas de identidad, hay quien se queja de las nuestras pero esas señas, esos elementos por los que nos conocen ahí fuera, hacen que cada vez sean más los turistas que vienen a nuestro país, si no que le pregunten al magnate chino que mandó a sus trabajadores a España. El caso es que el turismo es un activo clave en nuestro país, un bien apreciado por los de fuera ¿y qué pasa con los de dentro?
Los de dentro nos dedicamos a renegar de lo nuestro (me incluyo porque en ocasiones también me pasa), tal es así que ya hasta se repudia el fútbol. Ya, ya, lo sé, que seguro alguno se estará llevando las manos a la cabeza con eso de no querer al fútbol pero ¿se está queriendo al deporte rey con todo lo que se está liando a su alrededor?
En cualquier país su himno y su bandera son los elementos que unen a un pueblo y no son más felices y no están más orgullosos de su país que cuando en un partido suena el himno y ondean las banderas como si de un mar de olas se tratara, ¿aquí qué pasa?
Pues pasa la política, todo se ha politizado, todo tiene que pasar por izquierda, derecha o por donde les dé la gana, todo es política en este país y tal y como está el patio en esas lides…
¿Es o no es para ser el hazmerreír? El elemento conciliador, la camiseta que siempre ha unido, el himno que pone los pelos de punta, ¿todo eso se ha perdido? ¿Por qué usan como arma arrojadiza aquello que funcionaba como amalgama?
Debo ser más tonta que nadie, hay cosas que no entiendo y sé que por mucho que me las expliquen no llegaré a entenderlas, hasta haciendo un esfuerzo no pillo el kit de la cuestión, saben que les digo, que prefiero no pillarlo y no formar parte del grupúsculo disgregador.
En definitiva, en este país todo se está reduciendo a lo mismo, a lo que la política mande, perdón, a lo que ciertos políticos manden y visto el patio como lo tienen y hacia donde nos encaminados, está visto y comprobado que seguiremos siendo el hazmerreír.
