La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Cáceres ha acordado iniciar el proceso de redacción de los pliegos técnicos y administrativos para sacar a concurso público la redacción de un nuevo plan especial de protección y rehabilitación del casco antiguo de la ciudad y su entorno, toda vez que el actual, que data de 1988, es muy retrictivo con la realización de cualquier actividad urbanística en el enclave de la ciudad monumental.
El portavoz del equipo de Gobierno Rafael Mateos, ha indicado que un informe de los servicios económicos del Consistorio estima que el coste de la redacción de un nuevo plan especial podría rondar los 180.000 euros, incluyendo el plan en sí (150.000 euros) y el plan de gestión de recursos (30.000 euros), una cantidad que se abonaría a la empresa que resulte adjudicataria del concurso público en tres anualidades.
Por ello, también se ha acordado este viernes que, de cara a la contratación de este concurso, se provea presupuestariamente una asignación para tal fin, de manera que toda la documentación pueda estar preparada "en unos tres meses" y, así, se pueda sacar a licitación el concurso de esta norma urbanística que es "una herramienta fundamental para la protección del patrimonio" y que debe estar en consonancia con la revitalización del casco antiguo.
En la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno, Mateos ha ensalzado el valor que aporta la ciudad monumental al desarrollo económico de la capital cacereña pero también ha recordado el "sobrecoste" que su mantenimiento supone a las arcas municipales que está calculado en unos 390.000 euros al año.
Un estudio del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad (GCPH), al que pertenece Cáceres, estima que para mantener en buen estado el casco antiguo cacereño, el Consistorio soporta un coste de la cantidad citada anteriormente, que se desglosa principalmente en unos 200.000 euros en servicios de limpieza, ya que son necesarias máquinas y productos especiales para eliminar manchas, pintadas o grafitis.
Otros 165.683 euros se dejarían de ingresar por concepto de pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) ya que, en el casco histórico cacereño, hay unos 50 inmuebles exentos de pagar este tributo municipal, bien por pertenecer a la Iglesia, o por tratarse de edificios de interés cultural o educativo.
La cifra de 390.000 euros de coste, se completa con los 25.000 euros que el ayuntamiento tiene que pagar anualmente por la factura energética derivada de una iluminación especial de los monumentos, si bien, esta cantidad se verá disminuida debido al nuevo sistema que se ha instalado con bombillas de bajo consumo.
"Estos son datos objetivos del coste que tiene para las arcas municipales el mantenimiento de la parte antigua", ha recalcado el portavoz, quien ha recordado que el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad estudia la posibilidad de solicitar al Estado "una compensación económica" para ayudar al coste que estas ciudades tienen al mantener sus cascos históricos.