En EEUU están celebrando estos días el Orgullo LGBT. Fue allí, un 28 de junio de 1970, cuando por primera vez la comunidad gay y lesbiana organizaron las primeras marchas masivas o desfiles por las principales ciudades del país exigiendo derechos civiles y políticos y conmemorando los disturbios vividos un año antes en Stonewall, cuando, tras una de las redadas policiales – una de tantas – contra los “maricas y bolleras” del local gay por excelencia en Nueva York, esta vez de de decidieron responder. Gritaron ¡basta ya! y ocuparon las calles porque ya no quisieron vivir más en las sombras y en los armarios: estar Orgulloso de lo que uno es. No tener miedo.
Por eso, desde entonces, celebramos el Orgullo. En España, el 2 de julio en Madrid.
Y en esta semana tan simbólica se ha producido uno de los atentados homófobos más violentos y dramáticos en años. Un terrorista,pertrechado con las armas que con tanta facilidad pueden adquirirse en las tiendas del país, descargó su odio y su horror sobre cientos de personas que bailaban y reían en uno de los locales de ambiente de moda en la zona: el “Pulse”. Allí una fiesta LGBT latina culminaba los eventos del Orgullo en Orlando.
50 muertos y un número similar de heridos. El ataque con más muertos tras el atentado de las Torres Gemelas.
El padre del asesino nos han dicho que no soportaba ver a dos hombres besarse, que era homófobo, que odiaba la diversidad, que odiaba a todos aquellos que no eran como él: machista, intolerante, dogmático, cruel, inhumano. El asesino, tras organizar su masacre llamó al número correspondiente para declararse yihadista afecto al DAESH.
Un lobo solitario que ha sido, claro está, muy bien recibido – una vez muerto – por ese grupo de fanáticos que allí donde logran introducirse asesinan a gais, librepensadores, mujeres libres y musulmanes contrarios a sus locuras.
La ex mujer del criminal también nos ha hablado de su miseria intelectual y del infierno que le tocó vivir: entre insultos y violencia machista, hasta que finalmente pudo escapar del infierno.
El atentado de Orlando es un acto terrorista llevado a cabo por un machista y homófobo, un crimen que nos dice, si es que era necesario recalcarlo, que la respuesta está en combatir su odio con más libertad, con más igualdad y con más Orgullo.
La reacción de toda la comunidad LGBT no puede ser otra que la de seguir saliendo a la calle porque nuestra visibilidad es la mayor derrota del fanatismo religioso, ideológico o político de esta gente.