Nuestra Nación, necesita defenderse de sus enemigos interiores, sin ningún tipo de complejos. La Constitución y las leyes, se deben cumplir por todos, sin ningún tipo de recortes, ni excepciones.
España es un organismo vivo, que tiene la salud y las enfermedades de los que la componen. Está rodeada de enemigos que amenazan, como una pesadilla intermitente con su ruptura y desintegración. Cuando sus pulmones respiran bien, funciona el corazón y le circula la sangre por todo el organismo, el conjunto se beneficia, se siente bien y prospera en paz, el desarrollo y la igualdad nos permite vivir mejor.
Lo peor, es que algún virus o células cancerígenas causen algún tumor maligno, que destruya la Nación por dentro. Los tumores deben eliminarse cuanto antes, no se puede tratar con benevolencia. No son enfermedades tolerables, porque si gana el tumor, muere el organismo, se desintegra la Nación.
Los partidos políticos, en teoría al menos, buscan el bien del conjunto y pretenden que todos vivamos mejor. Pero, a veces, les pasa como a las ballenas. Si los que dirigen pierden el norte, ocurren los suicidios colectivos al salirse del agua, de su lugar natural.
No se puede dejar la salud de todos en manos de enemigos declarados, ni de “curanderos”, que quieren experimentar con la salud del pueblo. Los partidos no tienen otro fin, que servir a los intereses y el bien de la gente. Si hay que sacrificar algún interés, debe ser el del partido o los particulares, pero no se puede sacrificar a la Nación en beneficio de un partido, o unos intereses particulares, ni por la ambición del poder personal.
Los virus y los elementos destructivos en el organismo, no deben ser protegidos, sino extirpados. El usar la mentira y la simulación como arma política, es un atentado contra la vida de la comunidad. La claridad y la verdad, deben estar presente como armas del pueblo, para su autodefensa, y para la convivencia pacífica de la comunidad.
Los parásitos y los malvados, se esconden en la sombra y la mentira. Les estorba la verdad y la luz, como a ciertos insectos conocidos.
No hará falta mencionarlos, cuando ya ellos se declaran enemigos de forma unilateral. Nosotros los vemos más como los beneficiarios, los privilegiados que se aprovechan de los titubeos de algunos responsables.