Quiero empezar la temporada con unas letras muy personales, dedicárselas a un amigo, de esos que llegan a tu vida en el momento más oportuno, de esos que siempre tienen la palabra necesaria y el mayor de los abrazos, porque la vida pone a personas en nuestro camino que quizás en otras circunstancias no hubieran llegado y es de ese camino, su camino, del que hoy os quiero hablar.
La juventud, los caminos y las decisiones son los tres ejes que me invitan a escribir. La juventud no está reñida con la toma de decisiones, con las cuestiones de enjundia, con las preguntas sin respuesta o las respuestas sin preguntas; la juventud no está reñida con nada, es el momento de plantearse y replantearse y entonces así seguir un camino.
Están los de rosas sin espinas, los de alfombra roja para no ensuciarnos los zapatos, en los que se llevan guantes para no estropearnos las manos, en los que las puertas se abren allá por donde pasamos y siempre tienen unas palabra agradable, ¿dónde están esos caminos? Pero también están las calzadas pedregosas, las veredas sinuosas con cardos y puntiagudas espinas, los caminos de tierra y polvo que no te permiten ver qué hay más allá de la esquina, aquellos en los que te cansas de llamar a puertas y de recibir portazos y algún que otro tortazo. Estos sí existen y llegan a nuestras vidas sin esperarlo.
Y en esos caminos están las decisiones, ir por aquí o por allí, más rápido o lento, por la vía rápida o disfrutando, acompañados o en soledad, en definitiva, las decisiones forman parte de nuestro día a día y somos nosotros, solo nosotros, los que debemos y sabemos qué hacer.
Y a su vida, a la de mi amigo, sin esperarlo llegó un buen día una pregunta, revoloteaba por su cabeza algo que daba vueltas y más vueltas y que poco a poco se fue asentando. ¿Qué camino tengo qué tomar? ¿Estoy haciendo lo oportuno? ¿Esta es la vida que quiero llevar? ¿Cuál es mi objetivo? ¿Es ésta la LLamada? Quizás alguna de estas preguntas se apiló en su cabeza tras muchos interrogantes a los que con valentía fue dando respuesta. Me reconozco poco valiente cuando conozco a algunas personas.
El sábado subiste un peldaño más en esta escalera de la vida, en tu vida que has decidido dar a los demás y formar parte de la de los demás. No desesperes cuando no recibas respuesta, es más, sé que no vas buscando respuesta, vas buscando al que necesite que estés a su lado, al que ande perdido y extraviado; anda entre los pucheros, como decía Santa Teresa y tantas veces hemos comentado, que es ahí donde encontrarás lo que estás buscando. Arremángate y métete en faena porque cuando termines el día y te pares a reflexionar te sentirás colmado y, aunque no lo creas, los demás también seremos colmados.
En estos meses son muchas las preguntas a las que le hemos intentado dar respuesta, otras a las que sin más no le hemos encontrado el porqué pero sobre las que hemos reflexionado entre cafés y libros, entre risas y también lágrimas, y son esas jornadas de reflexión las que me han hecho que escriba estas letras, mi reflexión, hoy sin tu guía pero siempre de la mano.
No pierdas la valentía que un día allá hace unos años te llevó por este camino, no pierdas el coraje de enfrentarte al camino, no pierdas la fuerza que siempre compartes, no pierdas el sentido del humor, ése tan particular que por fin entiendo, ¡me ha costado! No pierdas la inquietud por cuestionarte y no tengas miedo a encontrar respuestas, no es malo, es necesario y humano.
En la vida pasan cosas que ponen a personas a tu lado, unas te llenan, otras te minan, otras te complementan, de cada una aprendes y comprendes, ayudas y te ayudan, tenlo siempre presente. Y cuando creas desfallecer ponle algo de humor y recuerda nuestras agotadoras charlar “filosóficas” que no nos llevaban a un punto común pero que nos ayudaban a seguir la mañana adelante.
Desde el pasado sábado la Archidiócesis de Mérida-Badajoz cuenta con un nuevo diácono, Francisco Orán Muñoz, Kiko, permítanme que me dirija a él de esta forma cariñosa porque les confieso no me sale de otra manera.
En fin, enhorabuena por tu buena, enhorabuena por lo que te espera, sigue siendo valiente, sigue adelante y no olvides saludarme en el camino.
