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Opinión-Editorial

Luchando por la criminología

17 de Febrero | 14:36
Luchando por la criminología
En cuanto alguien escucha la palabra “Criminología” lo primero que se le viene a la cabeza son series de televisión en las que un grupo de investigadores de diferentes cuerpos policiales intentan determinar la autoría y circunstancias en las que se han producido determinados delitos (frecuentemente homicidios o asesinatos), pero eso no es Criminología. En este artículo se pretende determinar el concepto de Criminología y su necesidad práctica.

Para empezar habría que hacer un par de apuntes:

  • Criminología no es CSI, no es criminalística. Lo que podemos ver en numerosas series de televisión en la que se buscan indicios y se intenta determinar las circunstancias de la muerte de una persona así como los sujetos implicados en ella, es Criminalística. 
Como indica BOSQUET PASTOR, la Criminalística es un conjunto de técnicas y procedimientos científicos de investigación cuyo objetivo es comprobar la realidad del delito, identificar al autor o autores, recoger los indicios, evidencias o pruebas y reconstruir los hechos. Según este autor, la Criminalística es la ciencia articuladora de todas las ciencias forenses. 

Aunque Criminalística y Criminología no son lo mismo, es cierto que en nuestra formación, los criminólogos, adquirimos numerosos conocimientos en materia de Criminalística. 
  • Criminología no es medicina forense, no realizamos autopsias. Junto a los profesionales que realizan labores de criminalística, aparece frecuentemente la figura del médico forense que es el encargado de realizar las autopsias en los casos en los que se presupone una muerte violenta o en los que por circunstancias concretas se requiere de su realización. Según la RAE, la autopsia es el examen anatómico (minucioso) de un cadáver. 
Para poder ejercer como médico forense y realizar autopsias se requiere, tanto en España como en la mayoría de países, el haber realizado los estudios de Medicina con especialización en el ámbito forense. 

En este apartado podemos también hablar de la Medicina Legal. Llamamos Medicina Legal al conjunto de conocimientos médicos y biológicos necesarios para la resolución de los problemas que plantea el Derecho, tanto en la aplicación práctica de las leyes como en su perfeccionamiento y evolución. En definitiva, la aplicación práctica de conocimientos científicos de la Medicina a problemas jurídicos.

Por otro lado, la Criminología es la “ciencia que se encarga del estudio empírico de la criminalidad, entendiendo por tal el conjunto de todas las acciones u omisiones punibles dentro de un determinado ámbito temporal y especial”, como indican MUÑOZ CONDE y HASSEMER.

VIGARA GARCÍA la define como “ciencia empírica e interdisciplinaria que se ocupa del delito, del delincuente, de la víctima y del control social del comportamiento desviado o delictivo y trata de suministrar una información válida, contrastada, sobre la génesis, dinámica y variables principales del crimen (o delito) —contemplado éste como problema social—, así como sobre los programas de prevención eficaz del mismo y técnicas de intervención positiva en el hombre delincuente”.

Como se puede extrapolar de esta definición, entre las tareas que lleva a cabo el criminólogo está el estudio de diferentes circunstancias de comportamiento desviado o conductas delictivas para poder proponer soluciones prácticas que permitan una reducción de los niveles de criminalidad en la sociedad, lo que implica una mejora del bienestar social. Además, el estudio del delito conlleva que se desarrollen conocimientos en relación a los sujetos intervinientes en éstos, y servir de recurso para otras ciencias sociales.

Otras de las tareas que pueden desarrollar los criminólogos son la aplicación de técnicas científicas relacionadas que permiten aclarar diferentes aspectos que podrían resultar dudosos en determinados conflictos jurídicos. Entre estas técnicas están la balística, documentoscopia, grafología, infografía…

Aunque como se puede ver el uso de la Criminología para el estudio preventivo de diferentes comportamientos delictivos o conductas desviadas podría servir de una gran utilidad social, todavía en nuestro país no existe un reconocimiento concreto a la labor del criminólogo, ni en el ámbito público ni en el privado.

Las diferentes administraciones públicas no cuentan en sus filas con criminólogos para tratar o intervenir en casos de violencia de género, acoso escolar, reinserción y tratamiento de presos, delincuentes reincidentes… que pudiesen desarrollar funciones que tradicional y actualmente llevan a cabo especialistas de otras ciencias sociales y jurídicas, cuando los primeros estamos especializados en el estudio de las manifestaciones del delito, sujetos intervinientes y circunstancias relacionadas. No se ofertan oposiciones de empleo público como criminólogos aunque si se hace con trabajadores sociales, juristas, psicólogos, educadores sociales y muchos otros especialistas en ciencias sociales.

No obstante, ya contamos con dos Colegios Oficiales de Criminología, el  Ilustre Colegio Oficial de Criminólogos de la Comunitat Valenciana y el Ilustre Colegio de Criminólogos del Principado de Asturias, y está en proceso de creación otro en Madrid.

Aun así, los criminólogos seguiremos luchando para que se nos conceda el reconocimiento y el hueco que merecemos como especialistas.


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