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Opinión-Editorial

Oveja que bala, pierde bocao

11 de Abril | 20:25
Oveja que bala, pierde bocao
Desde nuestra más tierna infancia escuchábamos asertos como estos: "Oveja que bala pierde bocao, oveja que anda bocado halla", "A la mujer en casa, nada le pasa", "La mujer sabe sin maestro llorar, mentir y bailar". También, ¡Cómo no! teníamos heroínas, como la Monja Alferez, Agustina de Aragón o Doña Mencia. Pero lo habitual, lo cotidiano, era la mujer sumisa y obediente al marido porque los males que en el mundo son fueron por culpa de Eva que se dejó tentar por la Serpiente o por la curiosa y alcahueta Pandora. Sumisión, obediencia, jerarquía. Todo era de arriba a bajo y en esa jerarquía la mujer estaba tras el hombre. Así vivimos muchos, pero aquí estamos, defendiendo a la otra parte. Parte esencial y básica y por cierto, más (en todos los sentidos) que nosotros los hombres.

El patriarcado entra en el Mediterraneo y por ende en Europa, si mal no recuerdo, de manos de los Aqueos hace ya unos 4 o 5 mil años aproximadamente. Coinciden en el tiempo, más o menos, ya saben ustedes que los tiempos protohistóricos son muy ámplios, con el mito de Eva y Adán. Se establezce el nacimiento del Patriarcado con el Neolítico. A poco que leamos y analicemos, en nuestras escasas posibilidades, el paleolítico y lo anterior es la era femenina y desde el neolítico y hasta ahora, es la era masculina.

Pero en tanto unos estaban a la busca de alimentos, las otras inventaban la costura, cestería, cerveza, agricultura... es por esta época cuando los humanos domestican a las bestias y con animales domésticos y agricultura, no dependen ya, ni de la caza, ni de la recolección aleatoria para poder vivir. Nace la propiedad privada y surgen las primeras ciudades. (Vamos, cuatro casas de adobe, pero casas) Y es precisamente ahí, con el nacimiento de eso que hemos llamado civilización donde se impone (Religiones, Mitos...) el hombre y nace el Patriarcado. Lo anterior viene a ser una génesis simple y simplista del origen ancestral de la preeminencia y ¡como no! de la violencia sobre las mujeres.

Pero no me vale. No. Por la sencilla razón que explica un predominio pero no explica el por qué hay individuos, por llamarlos de alguna manera, que sólo están cómodos si dominan o someten a la mujer que tienen a su lado. Tampo entiendo a esas mujeres que soportan estoica y resignadamente a esos cabrones. ¿Es que no lo ven? Sí, ya sé que todo tiene una explicación y que la psique humana no es precisamente sencilla, pero no lo comprendo. ¿Economía, formación? No cuadra, la violencia de género no conoce ni de nivel económico ni de nivel formativo. ¿Cultura? En sentido ámplio, en sentido de educación de concienciación de... Tal vez. Tal vez por ahí pudiera haber un punto de inflexión. Culturizar, educar, formar desde las guarderías, las escuelas, los institutos... formación en valores, intercambio de roles... No lo sé. Opino desde el desconocimiento  y más áun desde el desconcierto.

Hay que hacer algo, no, algo no, hay que hacer mucho y ese mucho empieza en los Presupuestos Generales del Estado y mal vamos y peor terminaremos si no empezamos por ahí. Por ahí y porque los hombres nos implequemos más en la defensa de la mujer.



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