Asegura que el grupo municipal naranja es una farsa, que no existe, que siguen a las órdenes de Gragera y que no han dado de baja el grupo solo para seguir cobrando un dinero extra.
El portavoz socialista avanza, ante la falta de información del PP y Cs, que el empresario de la piscina de la margen derecha pidió hace tiempo rescindir el contrato.
Además, los socialistas se muestran preocupados por la deriva municipal, por la baja inversión real y los anuncios fallidos.
LA FARSA DEL GRUPO MUNICIPAL DE CIUDADANOS
Cabezas ha trasladado hoy que los tres ediles de Ciudadanos debieran ser concejales no adscritos por ser esta la verdadera realidad municipal. Pregunta por qué los tres ediles naranjas no se pasan al PP acompañando a Gragera al que siguen y apoyan en todo. El portavoz socialista tiene la respuesta: porque quieren seguir disfrutando de los gastos del grupo municipal de Ciudadanos, pero, si son honestos, debieran renunciar, pasar a concejales no adscritos y así la ciudad se ahorraría 20.000 euros en los próximos meses. No dejan Ciudadanos por las prebendas y porque Lara Montero perdería la media liberación que tiene en Diputación de Badajoz. Cabezas ve una absoluta falta de moral y ética en esta forma de actuar de los concejales de Cs.
Por el contrario, el PSOE goza de buena salud y afrontarán los próximos meses con las mejores garantías y con un partido fuerte, motivado, unido, con muchas ganas de cambio porque la ciudad se merece “otro Badajoz”.
PISCINA DE LA MARGEN DERECHA: RENUNCIA EL EMPRESARIO
Pero también ha querido mostrar su preocupación por la ceremonia de la confusión con respecto a la piscina de la margen derecha, cuyo constructor pidió renunciar hace unos ocho meses a seguir con el proyecto. En este sentido recuerda que desde el grupo socialista llevan diciendo desde hace meses que la obra está paralizada “y que ya allí no va a seguir nada” y desde el equipo de gobierno que seguía “con total normalidad”. Asegura que el constructor está a la espera de una contestación por parte del ayuntamiento a su petición de rescisión, “si no se responde en tiempo y forma, una vez que se dilata en el tiempo la respuesta, se le da al constructor la posibilidad de demandar al ayuntamiento e indemnizarle en un porcentaje sobre lo ejecutado. Una auténtica sinvergonzonería para aquellos que nos gestionan”.
CABEZAS SE MUESTRA PREOCUPADO POR LA DERIVA MUNICIPAL
El portavoz socialista dice que no ha venido a la política para practicar “el postureo, la mentira, la falsedad, la traición y el engaño”. Asegura que en el consistorio no se gana para sustos, que se están trasladando cuestiones a la ciudadanía que nada tienen que ver con la buena gestión que se tenía que estar haciendo desde el ayuntamiento y el servicio que se tenía que estar prestando a la ciudadanía. Así ha citado el caso de Laura Carrasco, el cese de Solana o el transfuguismo del propio alcalde, crisis que escandalizan y avergüenzan al portavoz socialista. Por eso Cabezas sigue empeñado en trasladar a los pacenses un mensaje de “honestidad, sinceridad, coherencia, transparencia y verdad” y que sirva para ser confiables.
MENSAJES DEL EQUIPO DE GOBIERNO QUE NO PROSPERAN
Pero también ha citado al fallido acuerdo o equiparación en la Policía Local con la Policía Nacional. “¿En qué ha quedado eso?”, se pregunta Cabezas. Y añade: “Ya que están todos juntos en la misma cama, ¿por qué no se resuelve, por qué no se desatasca?, cuando en su día dijo Gragera que no había ningún problema” (Gragera: “tenemos capacidad para asumir la equiparación de la policía”, (23/06/2022). Pero también ha preguntado por la subida salarial del resto de funcionarios en la que no hay avances.
Y lamenta que, a pesar de los titulares y anuncios, solo se invierte la mitad de lo que se presupuesta “y eso que no hay techo de gasto”, que el grado de ejecución de los proyectos es demasiado bajo. Y eso indica que no hay una planificación, que los programas electorales no sirvan para nada, que los acuerdos de gobernabilidad son papel mojado. Unas cuestiones que confunden a la ciudadanía hasta llegar a pensar que todos los políticos son iguales.
