Todo sigue igual. Después de una hora y cinco minutos de enconadas intervenciones de unos y de otros, las posiciones se mantienen en lo sustancial. La comparecencia del presidente del Gobierno de Extremadura ante el pleno del Parlamento regional no ha removido las posiciones de los contendientes. El debate tampoco ha desvelado claves que no se conociese ya pero, eso sí, seguramente ha abierto alguna que otra herida de índole personal.
Monago ha vuelto a afirmar que han tratado de terminar con él valiéndose de un montaje y que todas las pistas -"los caminos", ha dicho- de la autoría conducen a Vara, y le ha afeado al secretario general del PSOE extremeño que no le llamase cuando le estaban lapidando. También ha criticado a Pedro Escobar (IU) por decir en su despacho cosas que luego no ha expuesto desde la tribuna de oradores. E igualmente Damián Beneyto, del grupo regionalista PREX-CREX, ha sido criticado por dar trabajo y mantener en su cargo a una concejala de Plasencia y al alcalde de Carcaboso, condenados ambos en sentencias firmes.
José Antonio Monago ha vuelto a decir lo que ya había dicho en ruedas de prensas y entrevistas: que siendo senador, en los años 2009 y 2010, viajó 16 veces a Canarias para realizar tareas como parlamentario del Partido Popular, que pagó los viajes particulares con su dinero y que no está en política por un interés monetario.
Monago defiende su honradez y para demostrarla, sin conceder ni una mínima posibilidad a la duda, llevó al hemiciclo extremeño los 400 folios, con certificados, testimonios y extractos bancarios, la vida de su tarjeta visa, que ya había puesto a disposición de los periodistas y de los grupos políticos. Los documentos estaban en su escaño, a disposición de los grupos.
Pero los grupos de la oposición, o ya los habían consultado, en el caso de Izquierda Unida-Verdes, o no tienen intención de hacerlo, como les ocurre al PSOE y a los regionalistas de PREX-CREX. Es decir, más de lo mismo.
VARA VE EL DEBATE DESDE EL ESCAÑO
Y sí Monago volvió a exponer su verdad y en este apartado no hubo sorpresas ni tampoco novedades sobresalientes, en el principal grupo de la oposición pasó poco más o menos lo mismo.
Guillermo Fernández Vara, expresidente de la Junta de Extremadura, candidato del PSOE a la presidencia del Ejecutivo regional en las elecciones de la primavera próxima, secretario regional de los socialistas extremeños y presidente del grupo parlamentario del PSOE en la Asamblea, no quiso entrar en el cuerpo a cuerpo, lo hace muy pocas veces, y volvió a dejar el papel de protagonista al diputado Valentín García, portavoz de Partido Socialista en la cámara legislativa extremeña.
A la misma hora, minuto arriba, minuto abajo, comparecía Mariano Rajoy, presidente del Gobierno de España, en el Congreso de los diputados, para exponer sus medidas legales contra la corrupción. Con Rajoy sí debatió Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, y no Antonio Hernando, el portavoz del grupo socialista en la Cámara Baja.
No es que Vara estuviese obligado a defender desde la tribuna de oradores la postura de su partido y de su grupo parlamentario; tampoco Sánchez tiene obligación de hacerlo, pero sorprende que el líder nacional del PSOE se eche a los medios, según la conocida expresión taurina, y Vara vea la faena que hace su subalterno desde el burladero del escaño.
Valentín García, en nombre de su partido, ha vuelto a pedir la dimisión de Monago, “por no saber distinguir lo público de lo privado”, por “mentir”, por no estar “a la altura del cargo” y por ser el responsable de que la actual “sea una legislatura perdida” para los extremeños. García avisó, además, de que si Monago no dimite su grupo presentará en el Parlamento una iniciativa para que el pleno de la Cámara le exija al presidente del Gobierno extremeño que se someta a la cuestión (García lo llama equivocadamente moción) de confianza. Una iniciativa parlamentaria que parece tener un encaje difícil en la normativa por la que se rige el Parlamento Extremeño.