Un libro que sobrevive al tiempo

Les hablo del que sería probablemente el primer estudio de investigación social participativa realizado en España y dedicado en su integridad a Extremadura. Un estudio con el que nos divertimos los que lo hacíamos y con el que disfrutaba la gente que asistía a sus presentaciones, como se pudo ver en la de Badajoz, con un Teatro López de Ayala en el que no cabía ni un alma más y que estará en la memoria de los que asistieron. Un libro que produjo una sacudida en la sociedad extremeña, espoleada por sus emigrantes, que quería liberarse del yugo de un caciquismo ancestral que la mantenía colonizada y dependiente de las migajas que los gobiernos centrales le enviaban para utilizar su territorio como soporte de contaminación. Un estudio que después de cuarenta años sigue teniendo vigencia en muchas de las cuestiones que planteaba. ¿Cuántas publicaciones tenemos en nuestra tierra que soporten el paso de tiempo como ésta? ¿Por qué fue sometido después al silencio de una clase política, una universidad y unos medios de comunicación que despreciaban la denuncia sobre una autonomía fraudulenta, en la que seguía el expolio sobre sus recursos naturales y sobre el ahorro de los extremeños, que se llevaban las entidades financieras, incluso de sus cajas de ahorro, a través de los coeficientes de inversión obligatoria?

Les hablo como pueden imaginar de “Extremadura Saqueada: Recursos Naturales y Autonomía Regional”, una obra editada por Ruedo Ibérico, que se agotó en unos meses y que contribuyó decisivamente a movilizar a la sociedad extremeña hasta llegar a aquella gran manifestación en Villanueva de la Serena, que sigue siendo la más numerosa (40.000 personas) y espectacular de las realizadas en esta tierra. Un estudio realizado con la colaboración de más de cincuenta personas, de las más distintas especialidades, que recorrieron pueblos y ciudades encuestando y entrevistando a miles de extremeños, con un voluntariado no retribuido que hoy sería difícil repetir.

En el próximo mes de Enero, cuando se van a cumplir cuarenta años de su publicación, esta obra que sirvió de referencia a muchas universidades y comunidades españolas va a ser recordada y conmemorada en Madrid, en el escenario cultural del viejo Matadero, mientras en Extremadura sigue el silencio de quienes deberían haberla convertido en una obra de referencia. Ahora que con cuarenta años de retraso se empiezan a valorar y reivindicar nuestros recursos naturales y la “economía verde”, tiene que ser Madrid el escenario de la celebración de un libro sobre el que todavía pesa el silencio en una Comunidad en la que desaparecieron sus Cajas de Ahorro, el tren sigue siendo una reliquia del pasado, su población envejece y el paro obliga de nuevo a emigrar a los jóvenes. Es cierto que hay nuevos emprendedores y algunos empresarios que saben estar a la vanguardia del sector agroalimentario (a ellos dedico ahora mi tiempo) pero todavía son pocos para invertir la situación.