Cinco preguntas a Ramón Tamames

Desde que escribió usted su célebre obra, “Estructura económica de España” (más de treinta ediciones) hasta hoy, su producción literaria no ha tenido límites. Ha cultivado los más diversos géneros literarios, traducidos muchos de ellos a multitud de idiomas, y sigue produciendo libros como si estuviera en plena juventud. A penas editado “Buscando a Dios en el universo”, nos anuncia la aparición de “Hernán Cortés, un gigante de la historia”, tema con el que pronunciara la conferencia magistral que cerrará el Congreso a Hernán Cortés en el siglo XXI, en los día 4 al 6 de Abril en Medellín y Trujillo.

Con motivo de su estancia en Extremadura aprovechará para visitar Don Benito, invitado por su Alcalde, José Luís Quintana, y recordar la ciudad en la que que vivió un año en la posguerra, siendo aun muy joven y en la que presentará el CUADERNO EXTREMEÑO PARA EL DEBATE Y LA ACCIÓN.

Queremos aprovechar su presencia en nuestra tierra para hacerle estas cinco preguntas.

Fue durante los años 40 y 41, y recuerdo aquella experiencia como el descubrimiento de la naturaleza (los campos, las albercas, las ovejas y las vacas, las labores de cada día), con la vida campestre en una finca que se llamaba Cantalgallo, no lejos del Guadiana, donde fuimos madrugando mucho en una jornada en carretas tiradas por mulas. Allí había un monte llamado El Castillo, unos arroyos con muchos peces, que pescábamos cuando iban a secarse las charcas del río, con los trabajos del a siega y de la era, en los que participábamos subidos a los trillos de pedernales… Era un mundo nuevo para nosotros, y nunca lo olvidaré. Incluso en mi lección magistral de las oposiciones a cátedra, en 1968, evoqué aquellas jornadas de Don Benito y sus aledaños, como mi primera experiencia de actividad económica, de vida de los jornaleros, de cuidado de los ganados, de trabajos de después de las cosechas. 

Voy a contribuir a la presentación de Cuadernos extremeños, en Don Benito, porque entiendo que su planteamiento  por mi gran amigo Juan Serna y sus colaboradores, es buscar soluciones a los problemas de Extremadura. Expuestos con sencillez, pero con profundidad, y con el sentido operativo de buscar remedios a una serie de situaciones. Ya tuvimos una sesión de trabajo a ese respecto en el Hogar Extremeño de Madrid, en la Gran Vía, y pudimos conversar largamente en una mesa redonda con un público muy nutrido e interesado. Espero que en Don Benito tengamos una buena concurrencia de gente que también quiere lo mejor para su región. 

La vida, aventuras y luchas continuas de Hernán Cortés me interesaron desde muy pequeño. Y después, con mis frecuentes viajes a México, fue ampliándose mi interés por aquel encuentro de dos civilizaciones, la azteca y la española, que ahora es evocado a los 500 años de llegar Don Hernán a la capital lacustre de Tenochtitlán. 

Pienso comentar las palabras el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), porque me parecen de interés excepcional. Lo de pedir perdón es una expresión política, que detrás puede llevar mucha explicación de lo que eran aquellos tiempos en España, con el Papa Alejandro VI, español, que con sus bulas de 1493 entregó el mundo menos conocido a España y Portugal. Y sobre todo de AMLO me gusta la promesa de que 2021, al conmemorarse los 500 años de independencia de México de España, será el momento de la gran concordia hispánica. Eso no se había dicho nunca, y hay que valorar lo que un presidente del primer país hispanohablante del mundo (130 millones de mexicanos), ofrece a España, porque entre otras muchas cosas, Cortés inició el mestizaje que hoy significa tanto para la culturas española y mexicana. 

Fue un gigante de la Historia, y recordando el artículo primero de la Constitución de 1812, cuando se dice que “España es la reunión de los españoles de ambos hemisferios”, yo quiero decir que para mí eso sigue vigente: los hispanohablantes de ambos hemisferios componemos una realidad iberoamericana de 600 millones, que tiene que ir a mucho más. En ese sentido, la figura de Cortés fue decisiva, porque en él se juntaron las más importantes facetas de un personaje  histórico: empresario de sus propios proyectos, financiación incluida; soldado valiente de sus hombres como capitán general, gobernador de nuevos territorios con una administración que sentó las bases de lo que hoy es México, por lo que se le llama con frecuencia “padre de la  nacionalidad mexicana” o “inventor de México”; estadista y diplomático a la hora de negociar; defensor de los indios frente a una conquista muchas veces excesivamente centrada en los intereses de los conquistadores y colonos; difusor del cristianismo, predicando un dios de amor y la lucha contra el canibalismo y otras culturas extremadas; gran escritor de sus propias cartas de relación al emperador Carlos V, que al final no le trató como debería haber hecho… 

Ya he dicho que las declaraciones de AMLO, el presidente de México, son, vistas con filosofía y sentido histórico, una novedad impresionante para los dos pueblos, mexicanos y españoles. El presidente es un buen conocedor de Cortés, y seguro que su figura va a entrar en una nueva tónica de reconocimiento de su contribución a la nación mexicana. Los historiadores de allí, especialmente Vasconcelos, José Luis Martínez y Jaime Miralles, ya preconizan una figura de Cortés, enaltecida por sus grandes valores, y la originalidad de toda su acción. Lo que se trata ahora, es que a partir de 2021, al conmemorarse la independencia mexicana de España, Cortés se convierta en un personaje histórico admirado y criticado, pero nunca olvidado, y mucho menos infravalorado. Lo dicho: “un gigante de la historia”. En mi libro podrán leer, dentro de pocos meses, mis observaciones más completas sobre lo que está en el telar entre México y España en estos días.