Vélez califica esta vivienda como "un símbolo, un instrumento imprescindible para afianzar el autogobierno de un extenso territorio de 40.000 kilómetros cuadrados y escasa población", y "es vital para la funcionalidad de una gestión permanente, para ganar el futuro y el bienestar de los ciudadanos de Extremadura".
En una nota de prensa, expresa que la propuesta de Monago, quien renunció al llegar al cargo a ocupar sus dependencias, como así habían hecho sus predecesores Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Guillermo Fernández Vara, vulnera una norma "claramente inscrita en el Derecho Consuetudinario, como es la casa oficial del presidente" del Gobierno de Extremadura.
El exalcalde emeritense ha invitado a los ciudadanos y a los estamentos representativos de la región a contestar a este "despropósito, más cercano a un feudalismo de horca y cuchillo que a la ponderación calmada de un buen gobernante".
Se trata, ha añadido, de "una casa emblemática, la del presidente de Extremadura en su capital" y "en ninguna medida es un palacio", "más bien es adusta y sencilla, lo que no le resta nobleza".
En cuanto a la decisión de Monago de no vivir en ella, señala que "las razones no las ha explicado, porque no tiene argumentos que sustituyan su papel obligado de servicio al pueblo desde la sede oficial de los presidentes".
Vélez considera que la decisión de Monago de no residir en ella "en un gesto de irresponsabilidad política", que "no quiere decir que otros lo hagan" y él "no puede marcar el futuro de un trayecto institucional que le supera".